Seth Rollins, el multifacético luchador que ganó un lugar en Marvel por actuar en WWE

Seth Rollins durante WrestleMania 39, celebrada en Hollywood, en que venció al influencer Logan Paul en mano a mano. (Joe Camporeale-USA TODAY Sports)
Seth Rollins durante WrestleMania 39, celebrada en Hollywood, en que venció al influencer Logan Paul en mano a mano. (Joe Camporeale-USA TODAY Sports)

Seth Rollins es el luchador más carismático de la WWE en la actualidad. Es un comodín del espectáculo: puede entretener a la grada con la misma intensidad que forja un combate técnico sobre la lona. Ha atravesado por múltiples facetas en la compañía, mismas que lo han forjado como un gran intérprete. Derivado de su experiencia, y su éxito, ahora será un villano de Marvel.

Rollins resalta con el arquetipo del atleta camaleónico, tal como en su momento lo hizo el veterano Chris Jericho. No le teme a reinventarse con tal de seguir vigente ante la mirada del público. No es cualquier superestrella, es un seis veces campeón del mundo; instauró su legado en la escena independiente de Estados Unidos y terminó por proclamarse como un ídolo en la WWE.

La realidad es que le ha dado vida a un sinfín de personajes ante las cámaras, sin importar si se trata de un héroe o del rudo del cuento. Su creatividad para contar historias es la que lo llevó a dominar el escenario. No sólo es bueno en el ring, sino también en el micrófono. Siempre se mantuvo en un sitio estelar, como un privilegiado por su talento especial.

Como lo dijo Edge, un veterano que aún se mantiene en activo en la industria, la lucha libre es como el teatro. Si la WWE fuera como Broadway, Seth Rollins no tendría problema asumir de protagonista en obras de la talla de El Rey León o Chicago. Cuando debutó en la programación, en 2012, irrumpió como un mercenario dispuesto a ganarse un nombre junto a sus colegas.

Al lado de Roman Reigns y Dean Ambrose, acabó con todo a su paso en la facción The Shield, hoy los tres son figuras del deporte. Luego, traicionó al grupo para aliarse con los directivos de la empresa Triple H y Stephanie McMahon; entonces se convirtió en el arquitecto de su propio destino. Fue impulsado como un lobo solitario que recibió el respaldo total de la autoridad.

Esa fue la vereda que siguió para comenzar a conquistar el oro. Pero, tal como él lo gestó con un silletazo, le dieron la espalda y la grada lo arropó por simpatía. ¿Es posible pasar de odiar a amar a alguien en tan poco tiempo? Esa es la constante con Rollins. Durante la época de la pandemia por COVID-19, en que WWE transmitió a puerta cerrada desde Orlando, Florida, se erigió como un ídolo.

Tan distintiva fue esta etapa en su carrera que simuló sacarle un ojo al mexicano Rey Mysterio y sirvió como el encargado de que su hijo Dominik tuviera su primer encuentro como profesional. Un auténtico guía, después de todo.

Una vez que dejó de tener gente a su alrededor, redirigió la ruta hacia la de un visionario que trató de imponer sus condiciones. Acumuló una racha de derrotas que mermó su credibilidad; por ende, tornó hacia una versión poco antes explorada. Según sus palabras, se volvió una especie de The Joker, con rasgos narcisistas muy marcados, que vive una crisis de la mediana edad. Eso demuestra su temple voluble en cada show.

En el presente, es capaz de portar los atuendos más extravagantes para estar al último grito de la moda. Tanto así que hasta utilizó las Big Red Boots, de la marca MSCHF, en aras de continuar con la tendencia. Eso no lo exime de transformar una sonrisa en un ataque de ira en cada función, ni que los fans lo coreen por más de diez minutos consecutivos. Seth Rollins demostró que puede ser lo que quiera y su adaptabilidad no pasó desapercibida por Hollywood.

Enfrentará a un nuevo oponente. Colisionará con Sam Wilson, el Capitán América del actor Anthony Mackie, bajo un papel que se asemeja al de su profesión en la vida cotidiana: King Cobra, perteneciente al grupo de la Sociedad Serpiente; un asistente de laboratorio y antiguo competidor en el pancracio dentro de los cómics de Marvel. Nada que desconozca.

Seguirá el ejemplo de tres grandes nombres de la lucha libre que cambiaron el entretenimiento deportivo para incursionar en el séptimo arte: Dwayne “The Rock” Johnson, John Cena y Dave Bautista. A diferencia de ellos, terminará el rodaje de la película Capitán América: New World Order para regresar a los encordados de la WWE e intentar capturar el Campeonato Mundial Completo el próximo 27 de mayo.

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