El Liverpool se da un auténtico homenaje a pesar de perder la Champions League

Cualquiera que desconozca lo que sucedió en la final de la Champions League y este domingo se encuentra con imágenes de una caravana festiva en las calles de Liverpool, lo primero que le vendría a la mente es que se está celebrando un título, que se trata del paseo de los campeones. El equipo de Jürgen Klopp cerró la temporada oficial con la obtención de dos copas (FA y de la Liga -Carabao), pero lo más reciente y trascendente es la derrota 1-0 ante Real Madrid en el Stade de France de París.

La tristeza por no conquistar la corona europea no impidió que el plantel fuera recibido con todos los honores, y vitoreado en el trayecto a bordo de un ómnibus descapotable por las calles de Merseyside. Una multitud tomó calzadas y aceras con banderas, bufandas, pancartas, mientras el ambiente se coloreaba con humo rojo.

Sin dudas los hinchas de Liverpool dieron la nota por su masividad en las últimas 24 horas. A París llegaron 40.000 simpatizantes, la mitad sin entradas o con localidades falsas. Muchos de ellos intentaron colarse, provocaron disturbios y se enfrentaron con policías y guardias de seguridad, quienes utilizaron gas pimienta y lacrimógeno. Los enfrentamientos dificultaron el ingreso de quienes sí tenían entrada.

Por estos incidentes, en un hecho inédito en la historia de la Champions League, la final comenzó con un retraso de 35 minutos. Incluso el ómnibus que trasladaba al plantel al estadio ubicado en Saint Dennis quedó atascado, llegó mucho después de lo que lo hizo el de Real Madrid. Las autoridades de Liverpool emitieron un comunicado en el que reconocieron estar “enormemente decepcionados por los problemas en la entrada al estadio y la rotura del perímetro de seguridad”. La entidad también responsabiliza al operativo de seguridad: “Este es el mejor partido del fútbol europeo y los aficionados no deberían vivir las escenas que hemos presenciado. Solicitamos oficialmente una investigación formal sobre las causas de estos problemas inaceptables”.

El exgoleador Gary Lineker, comentarista en la TV británica, le apuntó a la policía francesa en su cuenta de Twitter: “Lo que resume la reacción desproporcionada, aparte del gas pimienta y el gas lacrimógeno, fue que a falta de unos minutos para el final del partido apareció un cordón policial sólo en el extremo del Liverpool. Todo ello a pesar de que no había ni una pizca de problemas o amenazas entre la multitud”.

En las calles de Liverpool todo se desarrolló sin inconvenientes. Los jugadores cantaron y bailaron arriba del ómnibus, saludado por la muchedumbre que se congregó. El recibimiento conmovió a Klopp, que ya de por sí tiene una conexión emocional muy fuerte con el club y la ciudad. A bordo del transporte, el alemán comentó: “Sin duda, ningún club del mundo que haya perdido la final de la Liga de Campeones la noche anterior tiene a gente que llega hasta aquí con este estado de ánimo. Es absolutamente excepcional. Este es el mejor club del mundo, ¡no me importa lo que piensen los demás!”.

Klopp, junto con Marcello Lippi, se transformó en el director técnico con más finales de Champions League perdidas: tres de cuatro. Las dos últimas fueron con Liverpool contra Real Madrid, y la primera, al frente de Borussia Dortmund ante Bayern Munich. Festejó en 2019, con los reds, sobre Tottenham.

El alemán siguió extasiado ante lo que tenía delante de sus ojos: “Es la mayor señal que se puede dar al mundo. Sí, ganamos dos copas, estupendo, pero no hemos ganado las dos últimas (Premier League y Champions), y esta gente no se olvida, sabe exactamente el esfuerzo que hicieron los chicos. Absolutamente increíble. Es un estímulo para todo lo que vendrá. Esa es la mejor señal que puedes recibir: no todo es ganar, solo tienes que poner todo lo que tienes, echarlo en el campo y la gente de Liverpool te quiere. Celebramos la vida, celebramos la temporada”.

En el cierre del video, Klopp se permitió una jocosa aclaración: “Y no estoy borracho, ni un poco, solo emocionado. ¡Los quiero a todos!”.

La muchedumbre de hinchas también aprovechó la ocasión para hacer un pedido con la ilusión de evitar una salida que lamentará. El delantero Sadio Mané, si bien le queda un año de contrato, ya les comunicó a los dirigentes que quiere ser transferido, cerrar un ciclo de seis años en Liverpool. El club le estuvo ofreciendo una extensión del vínculo con una sustancial mejora de su salario para equipararlo con Mohamed Salah, el mejor pago. Pero el senegalés, de 30 años, ya tendría la decisión tomada de emprender otro desafío. Bayern Munich es uno de los primeros interesados, aunque desde el entorno del delantero informaron que se tomará un tiempo para elegir la propuesta más conveniente.

Hace unos días, Liverpool cerró su primera contratación para la próxima temporada: el media-punta portugués Fabio Carvalho (19 años), figura del ascendido Fulham, campeón de la Championship (2a división).

Vídeo | La fiesta del Liverpool a pesar de perder la final de Champions