La fiesta de Cardiff en Barcelona

Dani Alves sonríe con la camiseta de la Juventus FC. / (foto Twitter)
Dani Alves sonríe con la camiseta de la Juventus FC. / (foto Twitter)

A menos de una semana para la final de la Uefa Champions League (UCL), de Cardiff (Gales), el sentir popular del hincha culé, en Barcelona, es que los días que restan, pasen lo más rápido posible y que, claro, el sábado 3 de junio, cuando se dé el partido Juventus FC – Real Madrid CF, los italianos derroten a los merengues y que se queden con la ansiada “Orejona”. No es ningún secreto. Al archienemigo de siempre, ni agua.

Finalizada la Liga Santander y con un título ¿menor?, como es la Copa del Rey (victoria 3-1 ante el Deportivo Alavés en la despedida del Vicente Calderón), la afición en la ciudad no deja de mostrar cierto desdén cuando se le pregunta por un deseo y el resultado para la final de Cardiff. “Han ganado la liga con ayuda de los árbitros y lo mismo harán con la Champions, con la moneda de siempre. Como gana el Madrid de Florentino (Pérez), a punta de duros, pero sabe una cosa, espero que no sea así. Y que pierda 1-0, y que el pepino lo anote Dani Alves, para mayor dolor de ellos”, dice Jordi, un jubilado que pasea su perro por la playa de San Sebastián, en la Barceloneta, y que esconde su cabeza del sol bajo una gorra con el escudo del FC Barcelona.

El perro de Jordi se aleja con su amo. Y su frase resume el sentir de una hinchada. Todas las esperanzas del pueblo culé hoy están puestas en Dani Alves da Silva. El lateral derecho que, libre, dejó el equipo al final de la temporada pasada, porque los dirigentes azulgranas consideraron en su momento que era un jugador en declive, cuyos mejores años ya habían quedado atrás. “Tiene el mal de Ronaldinho”, comentaban de dientes para dentro, en alusión a que Alves estaba más para la fiesta que para el fútbol. Ahora ellos y todos los demás seguidores barcelonistas en la ciudad, ateos y confesos, le rezan a san Alves, motor de la Juve de Allegri, para que impida que el Madrid sume otro récord: ser el primer equipo en ganar la UCL dos veces, de manera consecutiva. Un hito. Un listón difícil de superar en esta guerra de marcas del fútbol hecho negocio.

Sergio Ramos besa el trofeo de la Uefa Champions League, en 2016. / Foto: Goal.Com
Sergio Ramos besa el trofeo de la Uefa Champions League, en 2016. / Foto: Goal.Com

Es lunes en la tarde, disfruto de un ‘tallat’ (café expreso con un chorrito de leche) en la cafetería del Centro Cívico de Sarrià, en la parte alta de la ciudad. Una pareja que ha venido al taller “La masonería: historia, costumbres y mitos”, en este viejo edificio llamado Villa Cecilia -una casona levantada a principios del siglo XX-, dan una ojeada a la prensa de días recientes y entre frase y frase escucho el “¡H… p…! nos ha tocado recurrir a la nostalgia de victorias pasadas para echar tierra a la derrota presente”. Léase derrota como eliminación de la UCL y el segundo lugar en la Liga.

Llevan razón. Por casualidad, ¡vaya cosas la del destino!, la semana pasada se cumplieron 25 años de la Copa de Club Campeones de Europa (Se llamaba así, ahora por efectos del marketing se vende bajo otra etiqueta: Uefa Champions League) que el FC Barcelona ganó por primera vez, contra la Sampdoria (1-0), con gol de Ronald Koeman, en el extratiempo que jugaron los dos equipos en Wembley. El mismo Pep Guardiola, el 4 de ese equipo, levantó la “Orejona” en el balcón de la Generalitat, con una frase que recogió de la historia e hizo historia: “Ciutadans de Catalunya, ja la tenim aquí!” (“Ciudadanos de Cataluña, ya la tenemos aquí”).

Ante tal acontecimiento, los medios de la ciudad se desbordaron en especiales, ceremonias, entrevistas, rememoraciones, celebraciones. Como si hubiéramos viajado en el tiempo, todo era Londres. Todo era Wembley. El 20 de mayo de 1992. El día de la marmota. Todo fue hagiografía para alimentar la leyenda. Hasta se publicó un libro, entre muchos, que se llama Minuto 111 (Jordi Cotrina, Editorial Base), una antología de fotos en alusión al momento justo en el que la pelota salió despedida por el botín derecho del defensa holandés y entró en la portería defendida por Gianluca Pagliuca. Gol.

Equipo del FC Barcelona formado antes del encuentro Copa de Europa jugado en Wembley contra la Sampdoria, en 1992. EFE/Archivo
Equipo del FC Barcelona formado antes del encuentro Copa de Europa jugado en Wembley contra la Sampdoria, en 1992. EFE/Archivo

Un día antes, el domingo, Luis Enrique había vestido un traje gris, corbata negra y tenis del mismo color. Fue el último partido de la Liga Santander en la temporada 2016-2017. El final de tres años en los que el míster comenzó muy bien, como se espera siempre del FC Barcelona. 2014-2015, triplete: Copa, Liga y Champions. 2015-2016, doblete: Copa y Liga. Y la temporada 2016-2017, en espera del ‘unete’: ¿Copa?

Luis Enrique vistió de gris. Y el traje impoluto, reflejó el año del FC Barcelona. Ni hablar del partido frente a la SD Eibar. Un espejo de la temporada. El equipo armero se puso adelante, 0-2, ante un dormido Barça, que jugaba más conectado y pensando en lo que pasaba en Málaga. Cuando los dirigidos por Zinedine Zidane sellaron su victoria, 0-2, en tierra andaluzas; en la capital catalana, el Barça de Luis Enrique despertó de la siesta y, frente al público que asistió a despedir al míster y a muchos jugadores que se marchan, ¡y bien idos!, remontó (4-2). Sí, otra vez, solo para la estadística.

A la salida del Camp Nou, las caras eran las mismas que tenían Jordi, al pasear a su perro, por la Barceloneta, y la pareja en Sarrià, que asistía a una charla sobre masonería. La misma cara que hacen los hinchas culés cuando caminan por la calle Ferran, en el centro de la ciudad, y pasan frente al número 36, o por La Rambla, número 114, las dos únicas tiendas oficiales del Real Madrid, que ofrecen y venden productos del equipo merengue en Barcelona. En ellos, en esos rostros que de soslayo observan los trofeos blancos, expuestos en esas vitrinas, solo mirándoles a los ojos, preguntándoles sin preguntar por Cardiff, ya se encuentra una respuesta: “Solo nos queda la Juventus. Ser juventinos durante las próximas semanas, que es lo mismo que decir: ser de Dani Alves”. El futbolista que estaba para la fiesta. Para la fiesta de Cardiff.

Black Eyed Peas será el grupo encargado de abrir la fiesta durante la final de la Uefa Champions League, el 3 de junio en Cardiff (Gales). / foto: L’Equipe.
Black Eyed Peas será el grupo encargado de abrir la fiesta durante la final de la Uefa Champions League, el 3 de junio en Cardiff (Gales). / foto: L’Equipe.

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