Isco está listo para competir

EFE/Emilio Naranjo
EFE/Emilio Naranjo

El invierno ya ha pasado y el sol primaveral nos ha devuelto al mejor Isco. En medio del diluvio de fútbol que arrasó el Bernabéu ante la Juventus, Isco Alarcón sacó su clase a pasear añadiendo pausa a cada jugada que pasaba por sus pies. El malagueño es ese jugador que todo el equipo busca cuando vienen mal dadas, porque su temple y su calidad no se rajan nunca, y así él es capaz de aguantar la posesión mientras a otros les arde el balón en los pies.

Los últimos 15 minutos de partido contra la Vecchia Signora fueron un monólogo del malagueño, que tuvo siempre el pase de su equipo en el punto de mira. Mientras otros dieron un paso al costado o no supieron buscar los focos, Isco dijo: “presente”, y ayudó con su empuje a colar al Real Madrid en semifinales de la máxima competición europea.

Cuatro días después, el fantasista volvía a su casa para liderar una vez más a su equipo, y esta vez lo hacía sin el acompañamiento de Modric, Marcelo o Cristiano, los pesos pesados sobre el césped. Le dio igual. Isco se hizo el dueño y señor del partido ante el colista, derramando clase en cada balón que tocó y dinamizando el juego junto a Marco Asensio, Lucas Vázquez y Mateo Kovacic.

Es cierto que el Real Madrid tiró la Liga entre septiembre y enero, pero desde que volvió la Champions League, estos cuatro jugadores han sabido demostrar que son el futuro del club. Se conocen a la perfección, se complementan, tienen fuelle y carrete para dar brío al equipo del primer minuto al último, y el descaro de enfrentarse tanto al colista de la Liga española como al líder del campeonato francés con la misma efectividad.

Pero de entre los cuatro futbolista, no cabe duda que ahora mismo es Isco Alarcón quien está tocado por la varita mágica. Todo lo que intenta le sale, y en La Rosaleda –su casa– de aquí a final de temporada sin reproche alguno.

Tan pleno de confianza está Isco en estos momentos que en el minuto 29 de partido, cuando sufrió una falta al borde del área, no dudó en pedirle a Sergio Ramos que le dejara lanzar, y el sevillano –que en el Derbi de la semana pasada mando un tiro similar a la escuadra de Oblak– tuvo el buen gesto de no llevarle la contraria. Isco tomó dos pasitos de carrerilla y acarició el esférico con la diestra por encima de la barrera. Su tiro recordó al clásico de Lionel Messi desde distancias parecidas, con muchísima rosca, la potencia precisa, y la dirección perfecta para hacer creer al portero rival que puede pararla, y que justo un segundo después vea el balón en su red.

Isco, profeta en su tierra, ya fue protagonista el año pasado cuando el Real Madrid viajó a Málaga para sellar su trigésimo tercero título de Liga. Antes de que se cumpliera el segundo minuto de juego, agarró un balón mal rechazado por la zaga malacitana y se lo filtró con el exterior a Ronaldo para que abriera el marcador. Ese día, el malagueño recibió todo el cariño del público que le vio crecer en forma de ovación cerrada cuando dejó su puesto a James Rodríguez sobre el terreno de juego. Quizás por eso al marcar un golazo de falta un año después sólo pudo saludar al público y pedir perdón con ambas manos.

El partido de Isco ante el Málaga fue para enmarcar. Cerró su actuación con una genial asistencia con el exterior para que Casemiro pusiera el 0-2 en la mejor jugada coral del Real Madrid quizás desde el primer partido de liga ante el Deportivo, en el cual también Casemiro anotó para los blancos.

Es cierto que en varios tramos de la temporada Isco Alarcón ha quitado el pie del acelerador este año. Tras un magnífico final de temporada y un casi mejor arranque en esta, los aficionados esperaban mucho más de un hombre que en dos semanas cumplirá 26 años, habiendo pasado los últimos cinco en el Real Madrid. Isco, como muchos de sus compañeros, se vieron superados y llegaron a desconectar durante varios meses del campeonato, de ahí que los merengues estén fuera de la Copa del Rey y a 15 puntos del Barça en Liga. Pero en los últimos dos meses el malagueño ha vuelto por sus fueros. Está asentado en el grupo, se siente importante, es líder, y desde hoy incluso tiene un lugar prioritario en la designación de lanzadores de tiros libres.

Su momento de forma es ilusionante para el aficionado blanco, y le brinda a Zinedine Zidane la grandísima opción de lidiar con uno de los mejores jugadores del planeta cuando se decide la temporada. Los blancos saben que les quedan tres partidos para cerrar un año magnífico y hacer historia en Europa. De conseguirlo, será a buen seguro gracias al gran momento de un mago llamado Isco Alarcón.

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