El momento de Isco y Asensio

Soccer Football – Champions League Quarter Final Second Leg – Real Madrid vs Juventus – Santiago Bernabeu, Madrid, Spain – April 11, 2018 Real Madrid’s Cristiano Ronaldo celebrates with Marco Asensio after the match REUTERS/Stringer

Llegan las semifinales de la Champions League y a Zinedine Zidane se le acaba el tiempo para las pruebas. El francés ha demostrado ser un técnico tozudo, pero también lógico y sabio a la hora de rectificar. Lleva todo el año apostando ciegamente por su compatriota Karim Benzema, el 9 del equipo, que lleva la friolera de 9 goles esta temporada. Zidane ha seguido confiando en él, apelando a las “otras cosas” que ofrece Karim, como su juego entre líneas, su visión cerca del área, y su habilidad para filtrar pases en el último tercio del terreno de juego, pero de un tiempo a esta parte ni siquiera eso ofrece el francés, y esto es ya más que evidente.

Antes de partido ante el Bayern de Munich, que se presenta como el ogro histórico contra el cual ha chocado una y otra vez el Real Madrid en Europa –aunque en los últimos años hayan cambiado mucho las tornas–, la península ibérica se ha visto inundada por encuestas en todos los medios digitales y radiofónicos preguntando cuál debería ser el once del Real Madrid en el partido del Allianz Arena contra el conjunto bávaro. Huelga decir que ni Benzema ni Gareth Bale se encuentran siquiera cerca del once inicial según el gusto de los aficionados que tomaron parte de estas encuestas.

El caso del francés es especialmente sangrante, una vez derrocada la antigua idea de que la BBC debía jugar absolutamente siempre que estuviera disponible. Con Bale en continuo fuera de juego, Benzema ha frenado en seco su aportación al fútbol del equipo, y la presión sobre el técnico francés se ha convertido en insostenible. Además, las incursiones de Isco, Asensio y Lucas Vázquez dejan muy clara cual debería ser la elección del técnico, una vez que el delantero francés ha desperdiciado todas las oportunidades que ha tenido a su disposición.

El año pasado, el Real Madrid sufrió en Munich por despoblar su mediocampo. Zidane contó con la BBC y el Bayern hizo una primera parte terrorífica, pudiendo incluso sentenciar la eliminatoria. Esto cambió tras el descanso, con el empate de Ronaldo –siempre Ronaldo– primero, y la roja a Javi Martínez después. Con un jugador menos, la entrada de Marco Asensio por un Gareth Bale inoperante que dio un nuevo empuje al equipo, ensanchando el campo, y balanceando el sistema.

Un año después, con Isco ya asentado en el cuadro de mandos, el Real Madrid debería aprender de sus dos partidos ante la Juventus en cuartos de final. Pasó la eliminatoria, sí, con ese tan discutido penalti en el último minuto, pero en ambas ocasiones, la tozudez de contar con Benzema (en Turín) y Bale (en Madrid), estuvo a punto de costarle la eliminatoria a Zizou. Ambos jugadores están desconectados, y en los dos partidos, hasta las entradas de Asensio y/o Vázquez, el Real Madrid sufrió muchísimo.

Además, Luka Modric no llega en su mejor momento físico, y debe medir mucho más los esfuerzos que hace en el mediocampo. Jupp Heynckes seguramente alineará un 4-4-2 con Müller acompañando a Lewandoski en ataque y haciendo las veces de quinto centrocampista. Como los muniqueses tienen también dinamita en las bandas con James, Ribery, y los laterales desdoblándose, (por no hablar de Arjen Robben si acaba siendo de la partida) Zidane no puede [volver a] correr el riesgo de jugar con un futbolista menos durante 60 minutos del partido, porque tristemente a eso ha llegado el caso de Karim Benzema en estos últimos meses.

Por el contrario, si el técnico francés apuesta por darle las bandas a Isco y Asensio, cada cual con sus carencias y sus virtudes, para poblar el mediocampo, liberar a Kroos y Modric de hacer las coberturas a los laterales y añadir a dos grandísimos asistentes para un Cristiano Ronaldo que está en el mejor momento anotador en mucho tiempo, el Real Madrid tendrá muchísimo ganado de cara a sellar el pase a la final de Kyev.

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