David Martínez, campeón mundial de artes marciales mixtas y estudiante de Medicina en la UNAM

Miguel David Martínez Aceves es un hombre de retos, pero su determinación está por encima de todos. A los 24 años, es el Campeón de Peso Gallo de Combate Global, empresa hispana de artes marciales mixtas. Además, construyó un legado intachable en el kickboxing y está próximo a titularse como Médico Cirujano por la UNAM. Siempre quiere más.

Martínez alimenta su ímpetu con gloria. Sabe que la única forma de conseguirla es mediante el trabajo continuo.

Sus padres, Ricardo Martínez Ramírez y Raquel Aceves Martínez, fungen como sus entrenadores desde que tenía dos años. Ambos especialistas en karate, condujeron su camino hacia el éxito. Siguieron de cerca su crecimiento en la escuela Toshinkai-kan Viveros, ubicada en Ecatepec, Estado de México, hasta que se volvió cinta negra. Lo han respaldado en el tatami, el cuadrilátero, la jaula y los hospitales.

Melissa Martínez, su hermana mayor, también ha forjado su trayecto. Es conocida como “Super Mely” en la industria de los deportes de combate; ahora resalta en la UFC. ¿De quién recibiría mejores consejos en cada compromiso? Ninguno de los dos se cansa de vencer. La pasión que comparten provoca un impulso mutuo hacia nuevos logros. El triunfo de uno es la satisfacción del otro.

A la edad de 15, Martínez se adentró de lleno al kickboxing. El seguimiento de su familia le permitió consolidarse en el ring. Perfeccionó su golpeo de derecha, el sello que todavía lo caracteriza durante sus contiendas en Combate Global; potenció su fortaleza al ejecutar rodillazos, así como patadas al cuerpo y a la cabeza. Se convirtió en un todoterreno, una amenaza para cualquiera que tuviera enfrente.

Las conquistas no tardaron en llegar. A nivel nacional, ha repetido como monarca absoluto, en la categoría K1 de menos de 63.5 kilogramos, desde 2016. ¿Cuántos competidores aseguran que tienen a México a sus pies? Él podría, posee la autoridad suficiente para hacerlo; aún así, enaltece la humildad y la constancia como los artífices de su hazaña.

No falló a la Federación Nacional de Kickboxing (FENAKIB), tampoco a la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE). Regresó de los Mundiales de Budapest 2017 y Sarajevo 2019 con un par de medallas en el pecho. Alcanzó la plata en Hungría y el bronce en Bosnia y Herzegovina. Con un par de trofeos panamericanos, complementó su vitrina.

En julio de 2022 ganó los Juegos Mundiales de Birmingham en Estados Unidos. Sí, aquellos que reúnen los deportes que aún no cuentan con la etiqueta olímpica. Cinco años antes, participó en la edición que se celebró en Breslavia, Polonia, donde terminó en el quinto puesto. La experiencia lo catapultó al sitio que merecía. Se tiñó de oro tras sobresalir entre ocho competidores; hoy sueña con las Olimpiadas.

De romper huesos como ‘The Black Spartan’ a cursar Medicina en la UNAM

A la par de su desarrollo en el kickboxing alternó en las artes marciales mixtas y la Medicina. Pulía sus habilidades en el Bonebreakers Team y estudiaba para Médico Cirujano en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la UNAM. Es la prueba de que el arte de lastimar puede entrelazarse con la capacidad de curar el cuerpo en el quirófano, sin perder el profesionalismo en cada rubro.

Martínez despuntó en Combate Global durante 2018: de inmediato dejó entrever su explosividad de pie, pues noqueó a Enrique Barragán. En 2019, mandó a la lona a William Sánchez. 2021 es un año que jamás olvidará; aunque en abril perdió por decisión dividida contra Gianni Vázquez, retornó en mayo: la compañía lo incluyó en una justa titular que definiría al nuevo estandarte de las 135 libras.

Realizaba su internado de pregrado en el Hospital General de la Zona 68, perteneciente al Instituto Mexicano del Seguro Social, en Ecatepec. En lugar de frenar su anhelo, el personal médico lo motivó a capturar el cinturón. Él lo refrendó con una victoria alucinante. Se coronó como Campeón Mundial de Peso Gallo luego de acabar con tres oponentes, en una seguidilla de choques, en la misma noche.

Todo el IMSS festejó la proeza de su representante, quien reflexionó sobre la relación que guardan el área de la salud y el sector deportivo: “Debes saber controlar tu estado de ánimo y tu adrenalina. Saber respirar, calmarse al aplicar técnicas y procedimientos. En la Medicina cuidas la vida de los demás, tratas de que nada le pase; en las artes marciales mixtas es importante saber dar un show”.

Predicó con el ejemplo en el último encuentro oficial que sostuvo. En mayo, defendería su presea, por primera vez, frente a Frans Mlambo. Sin embargo, el irlandés sufrió una lesión en las costillas y quedó fuera de la escena; lo sustituyó Arturo Vergara, entonces el duelo cambió a no titular. El chileno sentenció que lo derribaría en el primer round, hecho que calentó la disputa.

Martínez actuó con firmeza, tal como lo haría un buen cirujano. Emuló a su ídolo Anderson Silva. Le contestó de la manera más efectiva: con un derechazo que esfumó sus posibilidades. El próximo 7 de octubre, por fin expondrá su cetro. Enfrentará a Axel “El Charro” Osuna, un peleador de peligrosa pegada. Tratará de revalidar porqué es The Black Spartan, el guerrero despiadado de la jaula que procura el bienestar fuera de ella.

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