Brandon Moreno, el campeón de la UFC que México no sabía que necesitaba

Brandon Moreno ganó el Campeonato Mundial Interino de Peso Mosca en julio de 2022. (Carmen Mandato/Getty Images)
Brandon Moreno ganó el Campeonato Mundial Interino de Peso Mosca en julio de 2022. (Carmen Mandato/Getty Images)

Brandon Moreno conmocionó a México cuando ganó el Campeonato Mundial de Peso Mosca en la UFC. Ningún otro peleador surgido en el país había concretado tal hazaña. Entonces, todos se volcaron a sus pies. Al perder el cinturón, sus compatriotas lo arroparon como al más insigne de sus héroes. Él no podía fallarles, por lo que revalidó su condición al erigirse como monarca interino de las 125 libras.

Recapturó el cetro frente al neozelandés Kai Kara-France, a quien ya había vencido en 2019. Una patada al hígado sentenció a su rival. Terminó la noche con un corte en el pómulo y el oro en su cintura. Incluso, el legendario Conor McGregor alabó su actuación. No hay vuelta atrás, la cuarta contienda de su añeja rivalidad contra el brasileño Deiveson Figueiredo definirá al rey absoluto.

En el deporte mexicano, la construcción de ídolos es indispensable. No importa la disciplina, sus aficionados forjan relatos fantásticos. Pese a las decepciones, apoyan con furor a los emblemas que enaltecen su cultura. Desean seguir a alguien que represente su carácter. En el combate no es la excepción; se sienten orgullosos de aquellos que pueden sangrar hasta las lágrimas, pero nunca dejan de ir al frente.

Dentro de las artes marciales mixtas, que se establecieron durante la década de los noventa en Estados Unidos y se expandieron a Japón, requerían un estandarte internacional. Moreno soñaba con trascender, por lo que convirtió la ilusión en realidad. Extendió el anhelo personal a la esperanza de millones de mexicanos. Se consolidó como su gran elegido.

La historia de superación con que cargaba hizo un clic automático dentro de sus corazones. La del chico de Tijuana que ayudaba en el emprendimiento de sus padres para elaborar piñatas. Al que nunca le faltó nada, mas siempre se esforzó por alcanzarlo todo en la industria. La promesa que a los 17 años portaba una camisa de los Pumas de la UNAM al ingresar a la jaula. El “Bebé Asesino” cuya juventud se refuerza en el poderío de los golpes.

El atleta que arribó a la UFC e hizo patente su augurio: un día sería campeón en la compañía más representativa de artes marciales mixtas. Sí, no todo salió como lo esperaba, acumuló dos descalabros y fue despedido. Sin embargo, retornó por la puerta grande con tal de reivindicarse. Moreno simboliza al “canijo” que, aunque se tiña de gloria, siempre quiere más.

Después de destronar a Figueiredo en 2021 y conquistar su primera corona, enmarcó el lema que engloba al mexicano: “Sí se puede”. No tenía dudas, confiaba en su preparación, no debía quedarse en el camino. “No quería ser otra estadística más, quería ser el peleador que le diera el orgullo al país”, señaló para UFC en Español.

“No acostumbro a ver mensajes en redes sociales, pero una vez se me ocurrió. Había uno que hacía referencia y se me quedó en la mente. Cuando gano, con toda la raza mexicana bien contentísima, exploté. ‘Claro que se pudo y tú también puedes’, no es ‘échaleganismo’. Trabajar te va a ayudar a salir. Siempre me enfoqué en lo que realmente quería. Sabía que lo iba a lograr”, afirmó en el podcast Creativo de Roberto Martínez.

De ahí que Moreno era el hombre del momento. Andrés Manuel López Obrador, el presidente de México, lo recibió en Palacio Nacional. Sin quererlo, el impulso le permitió exhibir su personalidad y asentarse como un modelo a seguir. No se cansó de enarbolar la bandera del respeto dentro y fuera del octágono: “No quiero ser el tipo que hable basura de sus oponentes en televisión. Quiero ser un ejemplo para mi hija, mi familia y el mundo entero”, aseveró.

Brandon Moreno no solicitó ser el siguiente ídolo nacional, ni siquiera imaginó el boom que tendría; su trabajo lo puso bajo los reflectores, llenó todas las expectativas. Los mexicanos no sabían lo mucho que lo necesitaban. Ahora, sus miradas apuntan a diciembre de 2022: el cruce definitivo ante Figueiredo les conduce a imaginar una nueva postal victoriosa de su ícono más preciado.

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