Santiago Giménez hace historia en Europa y eso es quizás lo peor que podría pasarle

Santiago Giménez lleva 20 goles en su primera temporada en Europa y todavía le quedan cuatro partidos. (Ben Gal/BSR Agency/Getty Images)
Santiago Giménez lleva 20 goles en su primera temporada en Europa y todavía le quedan cuatro partidos. (Ben Gal/BSR Agency/Getty Images)

Santiago Giménez ha empatado el récord de Javier Chicharito Hernández y Luis García en Europa. Por el momento, lo comparten los tres: anotar 20 goles en su primer año jugando en Europa (12 en liga, tres en copa, cinco en Europa League). Es probable que Giménez supere a ambos, pues todavía le quedan cuatro partidos en la presente temporada con su equipo, el Feyenoord. Además, el canterano de Cruz Azul podría culminar su primer año con el título de liga de Países Bajos: aventajan por ocho puntos al PSV Eindhoven, su más cercano perseguidor, y quedan doce puntos por jugarse.

No hay duda: la irrupción de Santiago Giménez en la Eredivisie ha sido explosiva y, en cierto modo, sorprendente, porque no es fácil arrastrar una buena inercia de goles de un país a otro y él lo hizo. Vivía un gran momento, a nivel individual, en Cruz Azul cuando se fue y lo extendió a Róterdam sin apenas tiempo de adaptación. Con unas cualidades que están por encima de la media de delanteros mexicanos, corpulento, con poderío, arrollador, el Chaquito cumplirá un año de ensueño que, sin embargo, debe tomarse con todas las precauciones necesarias.

Y de hecho a Giménez le serviría bastante mirarse en los espejos de los dos jugadores a los que ha igualado en el citado récord. Hernández tuvo un año de debut inmejorable en el Manchester United, pero justamente esa presentación apabullante elevó las expectativas a un grado muy alto: en los siguientes años pareció que Hernández no hizo tanto, porque fue banca y no ganó más protagonismo, pero en realidad tuvo una participación destacada pues se convirtió en un relevo de lujo para los Red Devils, inhabilitado para jugar como titular ante el brillo de Robin Van Persie —ironías de la vida, ahora mentor de Giménez en el Feyenoord—.

El problema para Hernández básicamente residió en que, como tuvo un comienzo tan bueno, pareció que todo lo que no superara aquello era poca cosa. Sólo hubo un ciclo, 2015-2016 en Alemania con el Bayer Leverkusen, en el que superó los goles que marcó en su temporada de estreno ( ese año marcó 26, contra los 20 del debut). Y esa evaluación para nada es justa: Hernández construyó una gran carrera en Europa, pero las exigencias posteriores a ese primer gran año generaron que, al menos para el entorno mexicano, Chicharito quedara a deber posteriormente.

A Luis García esa primera temporada (1992-1993) dulce en el Atlético de Madrid le generó una carga de la que no pudo liberarse. En el año inicial de los 20 goles (17 en Liga, tres en Recopa de Europa), García elevó las expectativas a la estratósfera —en ese época, además, sólo se permitían cuatro extranjeros por equipo y tres en campo, por lo que había mayor mérito—. Pero al año siguiente su cuota bajó a 13 goles (11 en Liga y dos en Copa UEFA). García perdió protagonismo en el equipo y se marchó a la Real Sociedad en busca de minutos: jugó diez partidos y no pudo anotar. Entonces volvió a México en donde todavía tuvo buenas etapas en América, Atlante y Chivas.

Tuvo una muy buena carrera, porque además brilló cuando fue joven en Pumas, pero nada comparado a lo que se proyectó en ese primer año europeo y menos aún si se toma en cuenta que el parámetro inmediato era Hugo Sánchez. En su primera temporada, Hugol sufrió: apenas pudo hacer doce goles con el Atlético de Madrid y enfrentó durísimas críticas sobre su nivel y también lidió con insultos racistas de su propia afición. Al segundo año marcó 22 goles ; al tercero, 19; y luego, en el último certamen antes de fichar por el Real Madrid, rubricó 29 ocasiones. Y ya en la Casa Blanca sus números fueron una locura que lo ponen en un nivel histórico (cuatro títulos de goleo y séptimo anotador histórico del club, con 208).

El primer año de un jugador en Europa no representa un parámetro para establecer qué tan lejos puede llegar. Es, naturalmente, apenas un punto de partida. Hirving Lozano, sin ser delantero centro, anotó 19 goles en su primer año con el PSV, y 21 en el segundo. Cuarenta goles en dos años. Y desde que llegó al Napoli, en 2019, ha anotado apenas 30 veces. Giménez deberá conducirse con calma y también de ese tono deberán ser las expectativas cuando se hable de él: lo está haciendo bien, pero cualquier vaticinio, bueno o malo, es precipitado. Tiene los ejemplos a la mano.

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