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Zidane, ¿y ahora qué?

CHI85 NICOSIA (CHIPRE), 20/11/2017.- (De izq a dcha) El defensa brasileño del Real Madrid Marcelo, el defensa francés Raphaël Varane, el delantero portugués Cristiano Ronaldo, el centrocampista croata Luka Modric y el delantero español Borja Mayoral participan en una sesión de entrenamiento del conjunto en el estadio GSP en Nicosia (Chipre) hoy, 20 de noviembre de 2017. El Real Madrid se enfrentará al APOEL de Nicosia mañana martes en un encuentro de la Liga de Campeones. EFE/KATIA CHRISTODOULOU

Pasada la tormenta, llega la Champions League de nuevo y una nueva oportunidad para el despertar del Real Madrid. ¿Alguien sigue creyendo que sea esto posible?

Estamos a mediados de noviembre y del Real Madrid imparable que iba a arrasar durante la próxima década no queda prácticamente nada. A 10 puntos del FC Barcelona en Liga, segundo en su grupo de Champions, con Ronaldo y Benzema sin polvora, y con un Zinedine Zidane cada vez más cuestionado en el banquillo. Esos son los restos de un naufragio.

Porque más allá del resultado del último Derbi, al aficionado madridista lo que de verdad le preocupa es la poca cintura que está demostrando Zidane en los partidos de gran enjundia. Ni contra el Valencia, ni ante el Betis cuando se temía lo peor, ni en los dos enfrentamientos ante el Tottenham, ni mucho menos ante el Atlético de Madrid ha dado la sensación de que el técnico francés estuviera por encima de la situación.

Al contrario. Se le nota sin chispa, sin confianza en su equipo, sin saber muy bien qué hacer más allá de encomendarse a todos los santos cada vez que el árbitro pita el arranque de un partido. El caso más significativo, aunque quizás del que menos se está hablando, es el de Lucas Vázquez. El chico para todo de los últimos dos campeonatos se ha despeñado. Ha hecho un arranque de temporada desastroso, no le sale absolutamente nada y parece que su problema es más mental que físico. Donde antes ponía arrojo y desborde, ahora sólo ofrece dudas y falta de tino, de ahí que Zidane le haya relegado a la cola del pescado. En el Derbi, con el partido 0-0 y un cambio por hacer, Lucas no llegó a saltar al campo.

La sensación que trasmite el canterano gallego es la misma que trasmite el equipo entero. Donde antes todo eran amapolas, ahora sólo brotan cardos resecos. Nada parece funcionar y las malas noticias se siguen agolpando. Ronaldo y Benzema llevan juntos la mitad de los goles que ha hecho Isco en Liga. Marcelo está en un estado de forma que recuerda a su gran amigo Ronaldo Nazario. Toni Kroos y Luka Modric han echado el freno de mano de manera repentina y al unísono. Las cosas desde luego no andan nada bien para el equipo.

A todo esto, la solución de Zidane ha sido simple: tirar para delante. Ni un solo cambio, ni un retoque táctico. Nada. Sus once hombres de confianza han ido a la guerra con las mismas ganas en Girona y Wembley, y han vuelto con sendas derrotas a cuestas. En el Wanda Metropolitano sin duda el chip cambió, y ese mismo once inicial estuvo mucho más metido en el partido, pero el 0-0 no se movió en 90 minutos (es sorprendente que tras más de un año sin fallar en el apartado goleador, los blancos ya se han quedado a cero dos veces en seis semanas). Pero ni por esas Zidane ha decidido meter mano al equipo.

Por eso ahora toca poner al francés en tela de juecio y preguntarle qué piensa hacer ante esta situación que empezó pareciendo un simple resfriado, luego se catalogó de accidente, finalmente fue un tremendo trastazo a toda velocida y ahora tiene todos los visos de acabar enquistándose y cobrándose víctimas mortales.

Ante el APOEL en la Champions League, en ese paradisiaco paraje chipriota, al entrenador blanco debería darle un ataque de rotación masiva y empezar a foguear al talento que tiene en el banquillo y del cual no parece estar del todo convencido. Es un día para que Vallejo, Theo, Ceballos, Llorente, Mayoral … e incluso Lucas Vázquez, tengan su momento de gloria bajo el sol. Hay poco que perder en este partido y muchísimo que ganar si al equipo B se le dan galones en la Champions League y la apuesta sale bien.

Ni que hablar de que Marco Asensio debería ser obviamente el líder espiritual de ese equipo. El mallorquín no puede hacer más para reclamar un puesto de titular en el equipo, a pesar de que su técnico no le saque más que para bajar las persianas del Derbi cuando ya estaba vendido todo el pescado. Asensio necesita cancha y qué mejor que tenerla en la Champions League ante un rival tan apetecible como el APOEL.

La pelota está ahora en el tejado de Zidane y toca ver como decide afrontar esta situación.

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