Wenger: entre el amor y el odio

La oferta llevaba varios meses esperando ser firmada, y la dilación de Arsene Wenger invitaba a especular sobre un nuevo posible rumbo lejos de Highbury en el futuro inminente del entrenador francés.

Sin embargo, con media ciudad polarizada a su favor y la otra en contra, Wenger ha aceptado una renovación por dos años más como entrenador del Arsenal, alargando su estadía con los Gunners a 23 años cuando esta finalice.

Arsene Wenger
Arsene Wenger decisió renovar su contrato con el Arsenal, prolongando su estadía a 23 años. (AP Photo/Kirsty Wigglesworth)

La mala campaña del club esta temporada, eliminado de Champions en octavos por el Bayern Munich con un global de 10-2 y quinto en la Liga Premier que le da la certeza de jugar la Europa League pero no la máxima cita continental, generó un malestar evidente en gran parte de la afición del Arsenal que desde hace unos meses se viene pronunciando en redes sociales con la insignia #WengerOut.

Desde 1998 el Arsenal de Wenger no quedaba fuera de la Champions League, convirtiéndose en un habitual de la élite europea, y llegando a disputar la final (la única del club) en 2006, cayendo ante el Barcelona de Ronaldinho, Deco y Eto’o.

Juliano Belletti anotó el gol de la victoria del Barcelona ante el Arsenal en la final de la Champions League en 2006.
Juliano Belletti anotó el gol de la victoria del Barcelona ante el Arsenal en la final de la Champions League en 2006.

Por años, la falta de títulos importantes del equipo resultaba menguada por el honor de competir con la crema y nata de Europa y la esperanza de volver a una instancia final como aquella de hace 11 años, donde un gol del brasileño Juliano Belletti, a escasos 10 minutos del final, deslució levemente la gran temporada que había tenido el equipo con Thierry Henry, Robert Pires, Cesc Fabregas y Fredrik Ljungberg a la cabeza.

La FA Cup ganada el pasado 27 de mayo sirvió apenas como un paño de agua tibia en la afición para curar las burlas de otros hinchas sobre la carencia de títulos importantes que tanto se le ha exigido a Wenger en los últimos años.

Con 13 titulos, Arsenal es el equipo que más veces ha ganado la competición más antigua del mundo, una marca que haría feliz a cualquier hincha de un club mediano, pero no a los del Arsenal, quienes darían la mitad de esos trofeos por una liga u otra oportunidad de jugar de nuevo la final de Champions.

Reconocidas personalidades inglesas como el periodista Piers Morgan, fanático del club, no tardó en pronunciarse sobre la continuidad de Wenger.

“Para todos esos hinchas del Arsenal que aceptan con mediocridad la renovación de Wenger…no me culpen por los próximos dos años de fracasos”, dijo en su cuenta de Twitter, con casi seis millones de seguidores.

A Wenger se le ha criticado su falta de ambición al armar buenos equipos que en momentos cruciales se derrumban y terminan consolándose con premios menores. Muchos lo han categorizado como un formador de jugadores más que un técnico que sepa competir.

Stan Kroenke y Arsene Wenger han mantenido una relación cordial desde que el magnate estadounidense se convirtió en el máximo accionista del Arsenal.
Stan Kroenke y Arsene Wenger han mantenido una relación cordial desde que el magnate estadounidense se convirtió en el máximo accionista del Arsenal.

A pesar de tener un dueño billonario – el estadounidense Stan Kroenke -, Wenger se ha caracterizado por traer jugadores de bajo costo y sin tanto prestigio. Su idea se basa en reclutarlos, seguir formándolos y adaptarlos a su idea de juego.

Mientras algunos esperaban escuchar nombres de reconocido nivel internacional, Wenger se empeñaba en rebuscar jugadores desconocidos en equipos modestos franceses con todo su talento por explotar. Infinidad de veces miró a La Masía del Barcelona, de donde tomó diamantes en bruto como el mismo Fábregas, y a otros como Mikel Arteta y Hector Bellerín.

Y es precisamente esa compostura a la hora de gastar lo que tiene a gusto a su jefe, de quien se dice no es un amante del fútbol ni del club, sino de sus finanzas, al igual que lo es con sus otras carpetas de inversión que incluyen equipos de la NFL, NBA, NHL y MLS.

Es verdad que imaginar al Arsenal sin Wenger resulta tan engorroso como fue hacerlo con el Manchester United sin Alex Ferguson. Pero al final este último entendió que el hacerse eterno en un club trae consigo un desgaste que conlleva a una finísima línea entre el amor y el odio.

Hoy Wenger camina sobre esa línea. Una pisada más en falso y su heroico recuerdo se lo llevará el viento como arena entre los dedos.

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