Mourinho, el antipoeta

José Mourinho dejó unas declaraciones polémicas en la rueda de prensa tras ganar la Europa League. (Photo by Matthew Peters/Man Utd via Getty Images)
José Mourinho dejó unas declaraciones polémicas en la rueda de prensa tras ganar la Europa League. (Photo by Matthew Peters/Man Utd via Getty Images)

Una vez conquistada la Europa League, y por ende el cupo a Champions, José Mourinho no dudó en disparar dardos a otros entrenadores que practican un estilo de juego diferente al suyo.

“Hay muchos poetas en el fútbol, pero los poetas no ganan muchos títulos”, dijo.

Volviendo a aflorar su rivalidad con Pep Guardiola, y más cuando ambos cohabitan la misma ciudad, los medios en Inglaterra no dudan que es Guardiola el blanco de sus filudas palabras.

Curioso que un técnico de tanto prestigio y que ha ganado tantos trofeos mantenga un discurso similar al de cualquier entrenador neófito que busca ganar adeptos con declaraciones ponzoñosas.

Mourinho debería estar más allá de eso. Esa época ya fue. Todo lo que se tenía que decir con Guardiola ya está dicho desde sus tiempos con Real Madrid y Barcelona.

Ambos han perdido, ambos han ganado y ambos están curtidos de trasegar la vida buscando fórmulas sistemáticas para que, al fin de cuentas, la pelota entre en la red. Seguir embelesado con lo que hagan otros demuestra más inseguridad que sabiduría.

A Mourinho se le olvida que al inicio de temporada miraba con desdén a la Europa League, diciendo que no era un torneo para el Manchester United y que sus jugadores no deberían entusiasmarse con ganarlo.

Luego de que llegara a la final cambió su sermón y, sin ruborizarse, manifestó: “Si ganamos la Europa League seré feliz. Sería fabuloso”.

Y cuatro años atrás, cuando uno de sus enemigos futbolísticos, Rafa Benítez, ganaba el torneo con el Chelsea, decía: “Si ganara la Europa League sería una decepción para mí”.

Todo simplemente porque sus ideas no compaginaban con las de su colega. Defenestrar por arte. Su arte.

Mourinho besando el trofeo de la Europa League, primero en la historia del Man United y segundo en la carrera del portugués.
Mourinho besando el trofeo de la Europa League, primero en la historia del Man United y segundo en la carrera del portugués.

Esclavo de sus palabras, Mourinho es un técnico tan ganador como contradictorio.

Igual pasó cuando tomó al Manchester United y declaró que terminar quinto en la liga (como lo había hecho su predecesor Louis van Gaal) no era el sitio en que un club con tanta historia debía terminar.

Y tenía razón. El problema es que su United terminó sexto y además con el menor número de victorias desde que se creó la Premier League en 1992 (18).

Incluso el United de David Moyes, para muchos el peor de la historia moderna del club, terminó con más victorias que el de Mourinho (19), aunque un puesto por debajo y cinco puntos menos en la general.

Es verdad que ganó tres títulos con el United esta temporada, como también es verdad que fueron títulos menores: la Community Shield al Leicester, la EFL Cup al Southampton y la Europa League, en este último quedando segundo de grupo detrás del Fenerbahce y superando en rondas directas a equipos de segundo, tercer y cuarto renglón como el Saint-Etienne, el Rostov, el Anderlecht, el Celta y a un Ajax que quedó en la historia como el equipo más joven de todos los tiempos en jugar una final de la UEFA.

En competencia larga, cuando se tuvo que medir en ida y vuelta a los otros 19 equipos de la Premier, terminó por detrás de su abolengo: Chelsea, Tottenham, Manchester City, Liverpool y Arsenal. Si a la UEFA no le hubiera dado por cambiar la regla que clasifica a Champions al campeón de la Europa League, la temporada de este United hubiera sido calificada de fracaso. Porque al hincha rojo no le hace feliz haber ganado el segundo torneo en importancia en Europa. Lo hace feliz el volver al torneo insignia.

Lo peor de todo es que la animadversión de Mourinho no es solo con los “poetas” del fútbol. También lo es con técnicos que priorizan el juego defensivo al ofensivo, similar a su predicamento. A Claudio Ranieri lo trato de viejo y perdedor hace unos años cuando era entrenador del Chelsea, y a Benítez lo ha tratado de gordo y de arruinar el Inter que él sacó campeón de Europa.

“Tiene casi 70 años. Ha ganado una Supercopa y otro trofeo menor y está muy viejo para cambiar su mentalidad. No es mi culpa que lo consideren un perdedor en el Chelsea“. había dicho sobre Ranieri.

Un día después de que al italiano lo despidieran del Leicester, apareció con una chaqueta con las iniciales CR (Claudio Ranieri) impresas, y con un recado en su cuenta de Instagram: “Campeón de Inglaterra y Entrenador del año FIFA. Despedido. Ese es el nuevo fútbol, Claudio. Sigue sonriendo, amigo. Nadie puede borrar la historia que escribiste”.

Un mensaje poético de quien denigra del fútbol poético.

Así de contradictoria sigue siendo la versión 2.0 de Mourinho.

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