Violencia en el fútbol: lo que no queremos ver más

Pasan los años y el fútbol nos va sorprendiendo con acontecimientos que en su gran mayoría aportan al crecimiento.

El incesable recambio generacional con la aparición de nuevas figuras es parte de dicho proceso. Los grandes buscan ser más grandes a los que se suman cada tanto las “cenicientas” como Leicester City, Independiente del Valle o el mismo Chapecoense, este último signado por la tragedia que todos conocemos.

Pero no todo es color de rosa. Así como el fútbol en si mismo madura y se supera, paralelamente aparece ese cáncer que lo enferma: las temidas y repudiables barras bravas que exigen de manera violenta imponer sus condiciones al punto que contagian, en muchas ocasiones, a los propios jugadores, provocando que ese inaceptable comportamiento se traslade al campo de juego.

Este 2016 nos ha dejado muchos ejemplos de lo que no debe existir, de lo que no queremos ver más, un ruego que viene exigiéndose hace años y que por el momento nadie ha hecho nada por hacerlo realidad.
Episodios lamentables sobran. Y este año no fue la excepción. En todas partes del sur de nuestro continente, sin distinción de países.

Recordemos algunos casos, tanto fuera como dentro del terreno de juego.

1.- En un partido del Campeonato Federal B entre Sarmiento de Ayacucho y Sansiena de la localidad de General Daniel Cerri. La hinchada local ingresó al campo y casi linchan al árbitro Claudio Elichiri. Se estuvo a punto de lamentar un hecho fatal. (Casi matan a un árbitro en Argentina)

2.- En Uruguay no pudo disputarse el Clásico Peñarol-Nacional por hechos delictivos provocados por la hinchada de Peñarol previo al inicio del partido, por lo que el árbitro decidió suspenderlo por falta de garantías. (La violencia acabó con el clásico Peñarol-Nacional)

3.- En Perú los jugadores de las selecciones Sub 20 local y la de Paraguay protagonizaron un acto bochornoso al originar una batalla campal. Una vergüenza. (Vergonzoso: las selecciones Sub 20 de Perú y Paraguay a los golpes)

4.- Otra vez en Argentina. En un partido del Nacional B, la hinchada de Almagro, que enfrentaba a Atlético Paraná,inició una serie de desmanes que provocaron la actuación de la policía, quien disparó balas de goma. Una de ella dio en la cabeza del futbolista Franco Quiróz, quien se salvó de milagro tras lograr que le extraigan el perdigón sin consecuencias graves.

5.- En Uruguay, en medio de partido que disputaban Nacional y Palmeiras por la Copa Libertadores, un aficionado local comenzó a hacer gestos y movimientos de un mono dirigidos al futbolista brasileño Gabriel Jesús, en una muestra clara de discriminación racial.

Y así podríamos seguir contando tristes y lamentables historias. Hay muchas más y otras que seguramente vendrán si las autoridades gubernamentales y los dirigentes siguen apañando y dejando actuar libremente tanto a hinchas como a los propios jugadores.

¿Entenderán algún día que estos es sólo un juego? ¿Se darán cuenta que poco a pco van matando la pasión?

Se acaba de jugar uno de los mejores Superclásicos del fútbol argentino este fin de semana y por la inacción y la ineptitud de esas autoridades fue sin público visitante. ¿Hasta cuándo tanta estupidez?

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