VAR, el positivo ejemplo italiano

El videoarbitraje ya es una realidad en Italia, Alemania o Estados Unidos (Foto: Getty)
El videoarbitraje ya es una realidad en Italia, Alemania o Estados Unidos (Foto: Getty)

Con media hora sobre el reloj en el Valencia-Barcelona Lionel Messi hizo lo de siempre y el fútbol, invariable en algunas de sus querencias, le acompañó. El argentino batió a Neto con esa rutina displicente que acompaña a los genios pero el arbitro no concedió gol pese a que la pelota había superado claramente la línea de gol antes de que el portero valencianista intentase borrar su error con un manotazo torpe y extemporáneo. Rápidamente el foco escupió imágenes dolorosas para la que se dice mejor liga del mundo: el gol anulado al Barcelona en el Villamarín la temporada pasada o el concedido este mismo curso tras un pase ilegal de Digne. El VAR llegará a España la próxima temporada pero mientras tanto, como en Mestalla, moriremos unas cuantas veces cerca de la orilla. La mayoría de aficionados y analistas anhela el videoarbitraje para evitar sonrojos de este calibre, pero aun se escuchan voces escépticas. A todos estos yo les pediría que mirasen a Italia, donde el VAR funciona.

Como en España o en Sudamérica, la pasión de los italianos por comentar el fútbol una vez jugado desborda en ocasiones el amor por el propio juego. Hablamos del país que inventó el concepto televisivo de moviola y también la tertulia televisiva, pasional y a menudo necia, que inunda los formatos en los canales de todo el mundo. Es en ese país, donde todo el mundo entiende y opina de fútbol, donde el VAR funciona sin mayores complicaciones. Conviene recordar el escenario a los dudosos.

Allí tampoco faltaron voces críticas al principio. Dos iconos de la liga como Gigi Buffon y Massimiliano Allegri sin ir más lejos. El portero, con el punto dramático que solo puede tener un hombre que desempeña ese trabajo ingrato en el campo, anunció la deshumanización del fútbol. Allegri, perro viejo, como si te estuviese contando un chiste en el bar de su barrio en Livorno, explicó que pronto iríamos al fútbol como los americanos van al beisbol. “A estar diez horas en el estadio, comer unas nueves y ver algo cada cuarto de hora” Sin embargo nada de esto ha sucedido.

Excepto algunas polémicas que enterrará el tiempo más pronto que tarde, el videoarbitraje no está alterando la esencia de los partidos en la Serie A y está consiguiendo escenarios más justos. Mi sensación respecto al VAR en Italia a estas alturas del campeonato, tras ver unos cuantos partidos y leer abundantes crónicas, es positiva por dos razones fundamentales: ni está alterando el ritmo natural de los choques ni los está alargando en exceso. La media de tiempo efectivo por jornada, esa estadística que fascina a los italianos, amantes recalcitrantes de la artimaña táctica, no ha variado respecto a temporadas anteriores y baila entre el 52% y el 53% de cada partido según Opta.

Mientras italianos, alemanes, norteamericanos o mexicanos avanzan acorde al tiempo que les está tocando vivir en España, como ha sucedido históricamente con tantas otras cuestiones, seguiremos moriendo en la orilla una temporada más.

Desde la redacción:

Chiellini, Neville y el arte de defender en peligro de extinción

Odriozola, un pura sangre en el lateral derecho

Paco Alcácer, al fin útil para el Barcelona