Sobre el fuera de juego y la alternativa a los penaltis de Van Basten

El ramillete de innovaciones en la norma que acaba de proponer Marco Van Basten, el director de desarrollo técnico de la FIFA, ha avivado un debate antiguo en el fútbol. La pulsión por evolucionarlo ha sido constante desde su nacimiento como juego reglado así que, en ese sentido, el exfutbolista holandés tan solo forma parte de una larga tradición de pensamiento crítico. Sin embargo, muchas de sus propuestas han encontrado oposición inmediata entre sus compañeros de profesión. No me resulta extraño en el caso de la regla del fuera de juego aunque creo que los lanzamientos de penalti ‘a la americana’ merecen una oportunidad.

Van Basten quiere acabar con la norma del fuera de juego pero su idea no es original. A mediados de los años setenta tuvieron una ocurrencia similar en Escocia. La Scottish FA limitó los fueras de juego a los últimos 16 metros para favorecer el juego de ataque. El efecto afecto inmediatamente al juego porque los delanteros podían jugar más arriba y los defensas se veían obligados a defender más abajo. Alivió la congestión en el centro del campo y los equipos, en definitiva, se estiraron pero a costa de empobrecer tácticamente el juego. Lo escasos partidos que se jugaron con esa norma generaron un fútbol de equipos partidos, de cazagoles y defensas tan nutridas como retrasadas.

Eliminar la regla del fuera de juego sería un involución histórica. ¿Para que habrá servido formar durante décadas a defensas capaces de imponerse al rival con inteligencia y no solo con físico? Sin fueras de juego, solo cabe esperar un fútbol eminentemente físico y más directo. Esto, que a algunos les parecerá atractivo, es una pura contradicción si lo que busca Van Basten en evolucionar el juego.

“El árbitro pita y el futbolista corre 25 metros hacia la portería. En ocho segundos debe culminar la acción. Esto es espectacular para los aficionados e interesante para los jugadores. En unos penaltis todo acaba en un segundo. En cambio, en los ‘shoot outs’ hay muchas posibilidades: se pude driblar, disparar, esperar la reacción del portero. Se asemeja más a una situación de juego”. Van Basten pretende sustituir la emoción de los penaltis por un sistema que no cuajó pese a su innegable vocación de espectáculo.

En la North American Soccer League de los años 70 y 80 los partidos empatados tras la prórroga se resolvían con ese curiosos sistema. Incluso Johan Cruyff abogó porque el resto del fútbol adoptase los ‘shootouts’ porque sin eliminar la emoción y el drama de los lanzamientos de penalti, aquellas tandas de duelos entre delantero y portero encerraban la misma esencia del fútbol: superar al contrario por pura habilidad en un entorno lo más justo posible. A diferencia de los lanzamientos de penalti tradicionales, aquí el portero tiene más opciones de salir victorioso. El delantero, por su parte, necesita tirar de ingenio y clase para anotar. No todo se limita a un trallazo al centro de la red.

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