Pablo Sarabia, el especialista se convierte en el mejor comodín de la liga

En el fútbol moderno, el de mediapunta talentoso es el puesto más cercano al desastre. Sobre cordilleras tácticas, presiones y juego vertiginoso, los livianos ejemplares de esa raza distinguida corren más riesgo que nunca de despeñarse. Para no caerse abajo en ese ejercicio de funambulismo tan solo pueden agarrarse a dos cuerdas de seguridad: o tiene una calidad inmensa (son los menos) o logran evolucionar para contar en varias posiciones. Pablo Sarabia es de estos últimos. De hecho, es el mejor comodín de la liga española.

Pablo Sarabia celebra un gol contra el Espanyol. REUTERS/Jon Nazca
Pablo Sarabia celebra un gol contra el Espanyol. REUTERS/Jon Nazca

Sarabia, enésimo producto de la cantera del Real Madrid, llegó a Sevilla esta temporada tras cinco temporadas de fútbol fino en el Getafe. Enganche de calidad nítida, zurdito, el indiscutible 10 en la selección española sub19 que ganó la Eurocopa en 2010, la última temporada del madrileño como azulón le destapó como algo más que un mediapunta clásico. Con Escribá aprendió a pesar en la zona de finalización, a contar fuera de su zona de seguridad. Con Sampaoli, sim embargo, ha doblado la apuesta. Sarabia no es solo ya un alternativa en ataque sino también en defensa.

Con cuatro goles y una asistencia en liga saliendo desde el banquillo, el sevillista es uno de los mejores suplentes de Europa. En ese escenario ha logrado ser útil para Sampaoli en múltiples posiciones. Como centrocampista ofensivo por el centro y como interior más o menos clásico pero también como extremo (derecho y zurdo siempre es un espectáculo cuando juega abierto) pero también como carrilero e incluso lateral por ambas bandas.

Si Sampaoli esté dejando huella en España agarrado a su variedad táctica y a su compromiso ofensivo, ha encontrado en Sarabia el jugador que ejemplifica todas esas virtudes. El nuevo Sarabia es conducción y verticalidad, como antaño, pero también capacidad para llegar al remate cuando centra su posición y un sacrificio defensivo hasta ahora inédito.

“En la línea de tres de arriba, tanto por cualquiera de las bandas como de mediapunta, es donde siempre he jugado. Pero si el míster me necesita de lateral, pues yo me entreno e intento adquirir la mayor parte de los conceptos para poder ser un buen lateral y hacerlo bien ahí. Lo que haga falta”, comentaba el madrileño a ABC en una entrevista reciente. Y mientras lo dice sigue caminando con la cabeza alta por el alambre.

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