Múnich se rinde a Marco Asensio

Madrid’s Marco Asensio, top, celebrates after scoring his side’s second goal during the soccer Champions League first leg semifinal soccer match between FC Bayern Munich and Real Madrid in Munich, southern Germany, Wednesday, April 25, 2018. (Andreas Gebert/dpa via AP)
Madrid’s Marco Asensio, top, celebrates after scoring his side’s second goal during the soccer Champions League first leg semifinal soccer match between FC Bayern Munich and Real Madrid in Munich, southern Germany, Wednesday, April 25, 2018. (Andreas Gebert/dpa via AP)

El Real Madrid salió vivo del infierno de Múnich y dio un paso de gigante para asegurar su clasificación a la final de la Champions League en Kiev el 26 de mayo. Nada está decidido, ni mucho menos, pues el Bayern de Munich hizo un partido memorable, en el que firmó hasta siete llegadas claras a las inmediaciones de Keylor Navas, aunque no tuvo la suerte de cara en la finalización.

Zinedine decidió darle minutos a los jugadores que más lo merecían y, finalmente, dejó fuera del once inicial a Karim Benzema, que está cerrando una campaña horrorosa de cara al gol. Lucas Vázquez fue el jugador elegido por el técnico francés para acompañar a Isco y Ronaldo en el ataque blanco. El gallego demostró una vez mas ser un jugador primordial para el desempeño de los merengues, pues a su desborde y punzante disciplina ofensiva, añade unas dosis de esfuerzo extraordinario que se pusieron completamente de manifiesto en la segunda parte cuando Dani Carvajal tuvo que dejar el campo lesionado y Lucas fue el elegido para cubrir su puesto.

Jupp Heynckes se jugó el todo por el todo, y su alineación era una clara oda al ataque. Lewandoski y Müller arriba, Ribery y Robben en las bandas, James en el punta ofensiva de un rombo en el mediocampo en el que sólo defendía Javi Martínez. Las cosas se le empezaron a torcer a los alemanes muy pronto, cuando tras un choque con Marcelo, Robben tenia que ser sustituido. 15 minutos después era Boateng quien tenía que dejar el campo tras una galopada hasta el campo contrario.

Los blancos empezaron manejando muy bien el partido, apoyados en su superioridad numérica en el medio campo, pero arriba Cristiano Ronaldo estuvo siempre muy controlado por Hummels y no logró conectar en ningún momento con el resto del grupo. Sin embargo, pasada la media hora, James encontró el hueco dejado por Marcelo al no recuperar su posición y con un sutil toque dejó a Kimmich completamente sólo frente a Keylor Navas, que falló de nuevo y se venció a un costado regalando su primer palo. El 1-0 envalentonó a los bávaros que empezaron un complejo ejercicio de acoso y derribo, liderados por un incombustible Ribery — el mejor del partido.

Marcelo pudo arreglar el desaguisado que él mismo había creado al borde del descanso al enganchar una volea tras una jugada que definió el caos perfecto del Real Madrid: centró desde la izquierda Sergio Ramos, Carvajal asistió de cabeza de derecha a izquierda, a lo largo de la línea del área grande, y Marcelo remató sin dejarla caer. Tres defensas al borde del área contraria, ¿quién estaba defendiendo entonces?

Fue con el 1-1 ya en el marcador y el Bayern aun apretando que Zidane decidió darle entrada a Marco Asensio.

El mallorquín es un joven tocado por la varita de los dioses, pues cada vez que salta al terreno de juego pasa algo. Esta vez no iba a ser diferente y su cambio por un Isco renqueante de un lesión en el hombro acabó por balancear al equipo y dar más empaque a los blancos.

El asedio del Bayern siguió, con un Ribery extremadamente hiperactivo, que igual rompía hacia afuera que lo hacía por adentro para intentar el disparo. El equipo de Heynckes se sabía superior, pero el Real Madrid estaba extrañamente cómodo defendiéndose, replegado en el buen trabajo en el cierre de Sergio Ramos y Varane. Asensio se convirtió en el tapón perfecto en la izquierda, frenando las subidas de Kimmich y las internadas de James, mientras que Modric se tuvo que emplear mucho más en la derecha para apoyar a Lucas y Carvajal.

Fue entonces cuando Rafinha, inexplicablemente, le regaló un balón a Asensio en campo del Real Madrid, con sólo un defensa cubriendo la retaguardia. El mallorquín conectó con Lucas que salió corriendo como una exhalación hacia la portería alemana. Al borde del área grande el gallego asistió a Asensio de nuevo, que cruzó el balón de manera magistral para poner un impensable 1-2 en el marcador.

La jugada puede marcar un antes y un después para dos jugadores que se están ganando el crédito a base de grandes partidos. Ellos arreglaron el partido ante el PSG en el Bernabéu, ellos rompieron el del Parque de los Príncipes, ellos desatascaron el de Turín y frenaron la sangría en el Bernabéu ante la Juve, y en Múnich volvieron a ser decisivos. Junto con Isco y Kovacic, son el futuro del equipo merengue.

Lucas ofrece muchísimo trabajo, un jugador incansable, pero lo de Asensio es otra cosa. El chico tiene un don y se ve a la legua que es un jugador especial. Si el Real Madrid llega con opciones al partido de vuelta de estas semifinales de Champions League, lo debe en gran parte a su trabajo en Munich, y tras las palabras de Zidane en sala de prensa tras el partido, será muy difícil no ver al mallorquín en el once inicial el martes que viene.

Queda mucho por delante y el Real Madrid debe prepararse para sufrir, pero si algún equipo ha demostrado que sabe sufrir en esta edición de la Champions, ese es el conjunto merengue, y contando con la clase de un hombre como Marco Asensio, el billete a Kiev está un poco más cerca.

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