Libertadores: entre el bochorno y la vergüenza

Un policía brasileño se lleva detenido a un seguidor del Santos tras los graves incidentes ocurridos en el estadio Pacaembú. (Foto: Paulo Whitaker / Reuters).

Las incongruencias, los bochornos y la vergüenza siguen al día en la presente edición de la Copa Libertadores.

Desde los “Casos Carlos Sánchez-Bruno Zuculini” hasta los “miedos” que genera la incompetencia de la Conmebol en los clubes participantes.

Y si a esto le sumamos los escándalos provocados por los hinchas por un lado y los propios protagonistas por el otro, terminamos hablando más de estas lamentables situaciones que del fútbol mismo.

Ya la semana pasada hablábamos de los Vaivenes de la Conmebol, previo a la decisión de darle a Independiente por ganado el partido ante Santos por la mala inclusión del uruguayo Carlos Sánchez por parte de los brasileños y la no sanción a River Plate por la tardía protesta de Racing Club por la indebida alineación de Bruno Zuculini.

Debido a estos cercanos antecedentes, Boca Juniors se cubre la espalda con Ramón Ábila, quien había sido expulsado cuando aún vestía la casaca de Huracán, al no sumarlo a la lista del partido ante Libertad de Paraguay, ya que la Conmebol no se manifiesta de manera concreta al respecto.

¿Hasta cuándo tanta inoperancia, tanta falta de profesionalismo? ¿Es posible que la Conmebol no se expida al respecto con la claridad que se le exige?

Aquí los grises no existen. Esto no es una cuestión “opinable”. Esto es blanco o es negro, puede o no puede jugar y la Conmebol no es capaz de determinarlo con certeza por lo que genera el temor de la dirigencia de Boca que prefirió recomendarle al cuerpo técnico excluirlo de la lista. Una barbaridad por donde se la mire. Una VERGÜENZA con mayúsculas.

Pero los escándalos no se limitan a eso. Los hinchas y futbolistas también colaboran para que las críticas y reclamos estén a la orden del día.

Lo sucedido en Sao Paulo, cuando los fanáticos de Santos no permitieron que finalice el partido ante Independiente furiosos por la decisión de la Conmebol, forma parte de una nueva página negra de la Copa.

Pero no sólo los “barras bravas” cometen actos vandálicos. Los futbolistas también se hacen cargo de esa lamentable tarea.

Fue en el estadio Monumental de River Plate, cuando el futbolista del conjunto local Enzo Pérez se burló de Ricardo Centurión y este, descontrolado, lo agredió. Mal por uno, mal por el otro, al tiempo que, acertadamente, ambos fueron expulsados.

Para colmo el jugador de Racing, mientras se dirigía a los vestuarios, provocó a los hinchas de River con gestos fuera de lugar, lo que le puede valer no sólo una larga suspensión sino también una denuncia por incitación a la violencia.

¿No sería mejor estar comentando, por ejemplo, la excelente noche que protagonizó River, goleando con jerarquía y demostrando que es uno de los grandes favoritos al título?

Seguramente sí. Pero en los tiempos que corren el bochorno y la vergüenza le han quitado protagonismo al fútbol mismo.

También te puede interesar:

Atlético Tucumán, la revelación del más humilde

Edgardo Bauza, el triunfador silencioso

Los vaivenes de la Conmebol