Los vaivenes de la Conmebol

Foto: AP/Jorge Saenz
Foto: AP/Jorge Saenz

Las leyes están para ser cumplidas y los reglamentos para ser respetados. No hay ni existen medias tintas. No se es más o menos culpable por la cantidad de faltas o infracciones cometidas.

El problema surge cuando esas reglas no son claras, emiten una señal de ambigüedad que confunde, que genera complicaciones.

La Conmebol se ha caracterizado y se sigue caracterizando por la poca claridad en sus procedimientos.

No vamos a enumerar los casos de corrupción que envolvió a la mayoría de sus dirigentes del pasado cercano que devinieron en escándalos con las conocidas consecuencias. Es un tema trillado pero que no deja de ser parte de las incongruencias y los malos manejos de la institución.

Tampoco vamos a ponernos a escarbar en los motivos que están llevando a esta oleada de acusaciones cruzadas respecto de la aparente mala inclusión del uruguayo Carlos Sánchez por parte de Santos en el partido ante Independiente por la Copa Libertadores.

Lo importante es comenzar a generar los cambios que se exigen, que se necesitan y que, por el momento, parecen no concretarse.

¿Tan difícil es establecer una regla concreta, clara, indiscutible? ¿Por qué siempre hay que dar motivos para las sospechas, para sacar a relucir el famoso “escritorio” para decidir el resultado de un partido?

La Conmebol parece no aprender de sus errores. Sigue transitando el camino de las sospechas, de las dudas, de la inoperancia.

Basta con ver la página de internet. ¿Es posible que una organización de su categoría tenga un elemento tan malo? Hagan la comparación con la de la UEFA. Todo dicho…

También te puede interesar:

Guillermo Barros Schelotto y el Síndrome Sampaoli

Ricardo Centurión, el rebelde… ¿con o sin causa?

Ariel Holan, ¿ya merece el mote de “revolucionario?