Ricardo Centurión, el rebelde… ¿con o sin causa?

Foto: 90min
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El Racing Club de Eduardo Coudet, un equipo en formación, con un rico plantel cuyo objetivo no es sólo pelear el torneo local sino también seguir con vida en la Copa Libertadores.

Esta segunda meta a corto plazo es fundamental. Tras el empate a cero en el Cilindro de Avellaneda ante River Plate, ahora la mira está puesta en la revancha en el Monumental el próximo 29 de agosto.

Una de las piezas fundamentales dentro del plantel es Ricardo Centurión, el rebelde crack que por motivos a veces incomprensibles es más noticia por lo que hace afuera de la cancha que por lo que hace adentro.

¿Cuáles son las causas de ese comportamiento? Eso es lo difícil de analizar. En reiteradas ocasiones ha intentado justificar sus conductas en su pasado conflictivo.

Su padre murió cuando él era un niño, se crió en un barrio complicado, al que no puede regresar ya que hoy, según sus propias palabras, lo miran con el signo pesos.

Tras su problemática salida de Boca Juniors y la negativa de la Comisión Directiva para que regrese a principios de este año a pesar de ser solicitado por el técnico Guillermo Barros Schelotto, Ricky volvió a Racing, club donde brilló desde sus inicios en el profesionalismo y con el que fue campeón en 2014.

Todo parecía encaminarse dentro de un clima normal hasta que se produjeron dos nuevos sucesos conflictivos: su “berrinche” tras ser suplantado ante River en la ida del partido de Octavos de la Libertadores (luego explicó que fue una descarga personal y nada contra el Chacho Coudet) y la declaraciones del presidente del club, Víctor Blanco, que lo acusó de haber llegado a la práctica en estado de ebriedad.

Con justa razón el propio futbolista criticó duramente el hecho y recibió no sólo el apoyo del técnico sino también de los fanáticos de la Academia, al punto de que este domingo fue titular ante Vélez y salió ovacionado al ser suplantado sobre el final del partido.

Más allá de las largas y repetidas controversias que genera respecto a su comportamiento, las reacciones en general son positivas. Es que su habilidad y rendimiento suelen ser prioridad al momento de juzgarlo por el accionar en su vida privada.

“Hazte la fama y échate a dormir”, reza el dicho. Es un parte lo que le sucede a Centurión. Su pasado muchas veces lo condena por más que él mismo intente cambiar. Los ojos de la prensa están puestas en él. Cada uno de sus movimientos suelen ser controlados. No lo dejan en paz, aunque en reiteradas ocasiones es él mismo quien le da de comer a las hienas.

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