El baile del mercado en la Liga
La música comenzó a sonar. A ritmo de bossa-nova, el Real Madrid CF ató a Vinícius Júnior, joven promesa brasileña del Flamengo, ¡por 61 millones de euros! “Con ese dinero resucitaría al otro Vinícius (de Moraes) para que me cantará todos los días al oído La chica de Ipanema”, le escuché decir en el metro de Barcelona a una pelirroja, que con ese comentario dejo entrever sus conocimientos de fútbol y de música. El club blanco también fichó al lateral francés Theo Hernández, propiedad del Atlético, a préstamo este año en el Deportivo Alavés. El FC Barcelona casi que tiene listo a otro brasileño, Philippe Coutinho, del Liverpool. Y le busca salida a Arda Turan. Desde la China lo siguen llamando pero el turco cree tener poco mandarín para ese país y más fútbol para una liga de mayor peso ¿Inglaterra? ¿Alemania?
No se saben los campeones de la Copa ni de la Liga a esta altura y los equipos en España ya comienzan a armar sus plantillas de cara a lo que será el curso 2017-2018. Otros ven más allá. La música no deja de sonar. Claro, los conjuntos pequeños no se quedan atrás. La UD Las Palmas negocia con Mario Balotelli, a pedido de su amigo Kevin Prince Boateng, que se estrenó esta temporada con los grancanarios y que se siente muy a gusto en la isla, solo que necesita compañía. “Porque estou tão sozinho…”.
Como cada año, la pasarela de la primavera deja ver ofertas, contra ofertas, saldos, “robos”, agentes que van, agentes que vienen. Padres que quieren vender a sus hijos. Madres que los apoyan. Directores deportivos buscando trigo en el pajar. Todo hace presentir que viviremos un intenso verano donde los equipos saldrán de compras para tener un fondo de armario con el que sobrellevar la próxima temporada. Uno de los jugadores más preguntados es el actual delantero del Málaga CF, Sandro Ramírez, ex del Barça, con 14 goles este curso, todo parece indicar que será el nuevo torpedero del Submarino amarillo, el Villarreal CF.
Uno de los principales culebrones está a punto de llegar a su fin. A pesar de sus últimas presentaciones y de sus goles, el colombiano Jamés Rodríguez tiene los días contados en el club blanco, que busca despedirlo como campeón de la Uefa Champions League en Cardiff. Título que valdría para devolverle su valor en el mercado y que el Madrid aprovecharía para recuperar algo de los 80 millones de euros que pagó en su momento por el goleador del Mundial 2014 de Brasil. Su destino podría estar en el Manchester United, de José Mourinho. Quizás Falcao, amigo y compañero en la selección Colombia, no lo vea con buenos ojos, por su propia experiencia en la ciudad inglesa.
A propósito de Inglaterra, dos que regresarían de la Premier League son Jesús Navas y Lucas Pérez. El primero, del Manchester City, a la ciudad y al equipo que lo llevó a la absoluta española, el Sevilla FC; mientras que el segundo, sin contar para Arsene Wenger en el Arsenal, aterrizaría en un club blanquiazul: Deportivo o el RCD Espanyol lo pretenden.
En la otra orilla, la novela de turno es la renovación de Leo Messi por el FC Barcelona. En la ciudad condal todos los hinchas culés se comen las uñas. La prensa cercana al equipo, por no decir, “prensa oficialista”, publica día sí, día también, que “todo esta encarrilado”, “que todo se viene haciendo en silencio”, “que solo falta la firma”, “que ya están todo los flecos”. Messi ha crecido. Su barba también. Y los años de firmar en servilletas, intenciones de amor, han pasado. Eso lo saben muy bien en la sede azulgrana. Para curarse en salud, hay quienes dicen que ya tienen apalabrado a Reza Parastesh, el doblé iraní del argentino. Mejor dos Messi, que uno.
Otro interrogante es quién será el míster. Con la anunciada renuncia de Luis Enrique, el desfile de apellidos ha sido interminable: Unzué, Valverde, Sampaoli, Koeman, Conte, Allegri, Cocú, de Boer, Klopp, Berizzo, Eusebio, Blanc, y hasta el exEspanyol Pochettino, quien les recordó su pasado perico y les dio calabazas. Todo está a la orden del día. Bienvenidos al baile del mercado… en la Liga. El éxito del verano está por sonar.
También te puede interesar:
El clásico: ganar es cuestión de amor