Diego Lugano sorprende a los hinchas de Sao Paulo en su despedida

Diego Lugano, una de las leyendas del Sao Paulo, jugó este domingo su último partido con la casaca Tricolor.

No fue uno más. Por el contrario, el defensor uruguayo dejó su huella en una de las instituciones más prestigiosas no sólo de Sudamérica sino también del mundo.

Lugo de atravesar una temporada que se podría calificar como de regular para abajo, donde lo tuvo durante gran parte del Brasileirao en puestos de descenso, el Sao Paulo sacó a relucir su casta ganadora y en la etapa final pudo escapar del fondo de la tabla.

Allí fue donde el veterano zaguero reapareció para imponer su jerarquía, su liderazgo y su experiencia para sacar al equipo de la crisis, siendo uno de los motivadores de un plantel que no respondía a las exigencias.

Y para festejar la “salvación” casi milagrosa, Diego Lugano no tuvo mejor idea que hacerlo con la gente que lo venera, con su público, con sus hinchas, los que jamás se olvidarán de él, porque ya es parte de la historia grande del club.

El sábado, tras su última práctica previa al partido que Sao Paulo disputó ante Bahía, no tuvo mejor idea que esconderse en un carrito donde se suele colocar la ropa usada en los entrenamientos para ser lavada, ser empujado por algunos de sus compañeros y aparecer repentinamente en donde parte de los fanáticos aguardaban por la salida del plantel.

Una vez consumada la sorpresa se sacó fotos y firmó decenas de autógrafos, en un gesto que lo enaltece y que demuestra su calidad como profesional y ser humano.

Ya el domingo, una vez decretado el empate ante Bahía (1-1), la directiva del club lo homenajeó en una conferencia de prensa donde él mismo, visiblemente emocionado, hizo un recorrido de sus etapas en el Tricolor, equipo con el que ganó el Campeonato Paulista 2005, el Brasileirao 2006 y la Copa Libertadores y el Mundial de Clubes 2005.

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