Bonucci es la prueba de que el nuevo Milan quiere pelear ya por los títulos

Bonucci ya es milanista (Foto: Twitter).
Bonucci ya es milanista (Foto: Twitter).

Que Leonardo Bonucci haya cambiado la Juventus por el Milan resulta sorprendente e interesante a partes iguales si lo interpretamos en el precario ecosistema del fútbol italiano. Tanto que el Milan haya decidido asumir un riesgo nítido al invertir 42 millones de euros en un defensa de 30 años como la propia decisión de Bonucci (abandona el mejor equipo italiano de la década por otro e construcción) son bombazos puros de mercado. Pero el calado de la operación es mayor y generará efectos colaterales, el fichaje es un aviso a navegantes de que el Milan quiere éxitos a corto plazo.

Hasta ahora las incorporaciones de jóvenes talentos André Silva, Andrea Conti o Franck Kessié pintaban un Milan con la firma voluntad de regenerarse con algunos de los mejores talentos locales y alguna estrella emergente del extranjero. La rossonera era una apuesta por el éxito a medio plazo. Sin embargo, la llegada de veteranos de calidad contrastada como Lucas Biglia y Leonardo Bonucci le cantan al mundo que la nueva propiedad china pretende competir por los títulos desde el primer minuto.

Leonardo Bonucci llega al Milan en el mejor momento de su carrera deportiva. Considerado de manera unánime por los analistas como uno de los cinco mejores centrales del mundo, su liderazgo en la Juventus multicampeona era indiscutible. No en vano, el de Viterbo ha sido el futbolista que mayor número de partidos ha disputado, 272, con el conjunto turinés durante el último lustro. Llega para reinar durante al menos tres temporadas más.

Si el central permanece en San Siro hasta el final de su flamante contrato, 2022, el Milan habrá desembolsado unos 100 millones por la operación entre los 42 millones traspaso y los 6.5 millones de sueldo por temporada. Su experiencia debe abrochar un equipo plagado de jóvenes con hambre de títulos pero inéditos en las instancia de mayor exigencia del fútbol europeo. Motivos de sobra para pensar que este Milan va en serio.

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