Argentina, entre la “cábala” y el cuidado previo al Mundial

Tras la goleada ante España en la última Fecha FIFA antes del Mundial, la selección argentina recibió una andanada de críticas.

Ya la sufrida clasificación al Mundial dejó un alto grado de decepción y, en consecuencia, poca confianza. Es que una de las siempre candidatas esta vez limita sus posibilidades a la magia de Lionel Messi. A él es al que le prenden todas las velas rezando (y rogando) por el milagro.

Lo cierto es que el Mundial ya llega y la última etapa de preparación cuenta entre sus principales elementos de preparación dos amistosos con selecciones de tercer o cuarto nivel.

La primera será Haití, el 29 de mayo en La Bombonera a manera de despedida del público local. Como bien sabemos, el combinado caribeño no sólo no jugará el Mundial sino que comparando categorías, está muy por debajo de Argentina.

¿Qué le puede aportar a la Albiceleste tener como “sparring” a un equipo inferior en todos los sentidos? Absolutamente nada. Será sólo el anfitrión de una fiesta que se espera sirva como apoyo incondicional de la gente. Una despedida que se espera sea positiva desde el punto de vista anímico, como para partir con la frente en alto y el visto bueno popular, por más que (con todo respeto) se trate de Haití.

Días después, y como última escala rumbo a Rusia, Argentina visitará a Israel. Esta selección, tal vez un escalón por encima de Haití en cuanto a calidad, parece haber sido elegida más como “cábala” que como un rival de poder.

Sólo basta recordar que Argentina visitó dicho país previo al Mundial 86, cuando las críticas arreciaban y la poca confianza en aquel equipo que dirigía Carlos Bilardo y que tenía como estandarte supremo a Diego Maradona, eran muy similares a las que envuelven a la de hoy. Y Superando todos esos contratiempos, finalizó el torneo levantando a Copa del Mundo.

Es claro que Argentina prefiere llegar a Rusia con la mejor y mayor confianza posible. Que enfrentar a selecciones de mayor nivel podría afectar el ego y el ánimo. Que los censores están preparados para atacar ante la primera pérdida de equilibrio. Por esas lógicas razones, está claro que la consigna es no arriesgar.

Más vale prevenir que curar, sobre todo a un mes del debut ante Islandia.

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