El Mundial, la gran obsesión de Messi

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La tuvo ahí, al alcance de sus manos. La imagen de Lionel Messi mirando la Copa del Mundo sin poder tocarla quedará en el arcón de los tristes recuerdos.

No pudo ser. El último paso fue en falso ante una Alemania que no fue superior a Argentina en aquella Final de Brasil 2014, pero que le alcanzó con el gol de Mario Goetze en el tiempo extra para levantar la cuarta copa de su historia.

Las finales no se merecen, se ganan. Y de eso Messi sabe mucho. Es que luego de aquella primera gran decepción le siguieron las dos Copas América. Mucho, demasiado para quien es considerado como el mejor futbolista del mundo.

Messi no quiere dejar detalle sin cuidar. Y, valga la redundancia, se quiere cuidar al máximo de cara al Mundial.

Es consciente que tal vez esta sea su última oportunidad de alcanzar la gloria, de coronar una carrera excepcional. Si bien por edad aún le puede quedar tranquilamente el Mundial 2022, es cierto que con 34 o 35 años (depende de la época del año en que se dispute), el rendimiento físico ya no es el mismo.

Por eso aprovechando el descanso que le otorgó su técnico Ernesto Valverde, se hizo una escapada secreta a Italia. ¿Para qué? Para visitar a su nutricionista personal, el doctor Giuliano Poser en la ciudad de Sacile.

Nadie lo supo hasta que aparecieron fotos en las redes sociales de quienes tuvieron la fortuna de descubrirlo. Se movió como lo hace en la cancha, mágicamente.

Messi tiene una obsesión. Es la cuenta pendiente. Quiere salir campeón del mundo. Quiere repetir la imagen de Daniel Passarella en 1978 y Diego Maradona en 1986.

Quiere ese trofeo de oro en sus manos, alzarlo al cielo, allí mismo donde apunta cada vez que hace un gol, y dedicarselo a su abuela, a su país, a sí mismo.

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