Ahora más que nunca, balones a Isco

Iscoremata a gol en Montilivi (Foto: Getty)
Iscoremata a gol en Montilivi (Foto: Getty)

Isco, que una vez fue jugador liviano, sospechoso para los fanáticos del rendimiento matemático. Isco al que algunos siguen empeñados en presentar como un Curro Romero tan iluminado como inconstante es hoy el futbolista con más influencia en el juego del Real Madrid. Lleva jugando a centrocampista total desde la temporada pasada, ha comenzado la presente con las mismas hechuras y frente al Girona, mancha negra en la inmaculada racha a domicilio del Real Madrid, partido de deserciones, fue de nuevo el futbolista esencial.

En Montilivi ya no fue solo su gol, suerte en la que debe crecer y que ayer ejecutó de un modo atípico, desempolvando la caña para disfrazarse de Pippo Inzaghi, sino la capacidad que muestra para mejorar cada jugada que toca. Cuando el balón pasa por Isco el juego del Madrid cobra sentido. Hay futbolistas tienen la extraña cualidad de ordenar todo lo que orbita a su alrededor solo con posicionarse frente al balón: Modric es uno de ellos, Isco otro.

Isco pesó en la finalización del juego, en la cúspide de la pirámida que siempre es lo más visible del proyecto pero también en los cimientos. Lo hemos dicho en este mismo espacio en otras ocasiones: el menudo centrocampista malagueño es el auténtico ‘box to box’ en el fútbol español. Suena a boutade, a contradicción, a perversión de un concepto que siempre perteneció a futbolistas de físico imponente y pulmón insondable, pero Isco encaja por concepto.

Isco es oro para Lopetegui y Zidane y sobre él deben asentar gran parte de sus proyectos. Tiene la inteligencia, la calidad y la constancia para imponer su fútbol en la zona del mediocampo donde su equipo más lo necesite. Más allá de músculo y centímetros, este mide 1, 76, eso es para mi un verdadero ‘box to box’

También te puede interesar:

Edin Dzeko en el país de los ciegos

Nacho Fernández, un bien impagable como el agua corriente

De 1930 a la actualidad: estos fueron los grandes ausentes en el Mundial