Morata es el delantero de la casa

Morata es el delantero de la casa

Álvaro Morata ha sido presentado con todos los honores en el Santiago Bernabéu como uno de los fichajes estrella del equipo este verano. A falta de grandes nombres, de "galácticos", el club ha sabido invertir en su propio talento después de que el delantero haya destacado en la Juventus en las últimas dos temporadas, y Morata no ha tenido problemas (como muchos otros fichajes) en besar el escudo que ha defendido desde los 12 años. 30 millones ha pagado por él el club de chamartín --aunque hace dos años recibió 22 por su traspaso-- pero además de fichar a un gran romperredes, el Real Madrid recupera el concepto del "delantero de la casa" que hacía años había perdido.

El club blanco siempre ha tenido los mejores atacantes que ofrecía el mercado. Desde los años cincuenta, en los que Gento, Di Stefano o Puskas dominaban europa, hasta la Quinta del Buitre con Butragueño, pero también con Hugo Sánchez, pasando por Suker y Mijatovic hasta llegar a Ronaldo Nazario, Ruud Van Nistelroy y la BBC, el Real Madrid no escatima gastos en acaparar al mayor talento posible en su delantera. Pero la afición, además de estos grandes artilleros, siempre ha tenido a ciertas estrellas de casa como ídolos, delanteros que por su producción goleadora ponían en aprietos al galáctico de turno e, incluso, acababan apartándoles de la titularidad en algún momento.

Y no hablamos de simples canteranos de relleno, como por ejemplo el papel que cumplió el propio Morata en el club antes de salir hacia el Calcio. Estos son los jugadores a los que se les da la oportunidad a medias: se sabe que pueden ayudar en un momento determinado, y que cuando todo va mal, queda bien jugártela con ellos, porque la afición ve con buenos ojos el esfuerzo de estos jóvenes, pero son también los primeros en quedarse en la grada cuando todo va sobre ruedas. El concepto del "delantero de casa" es un jugador casi mítico en el Real Madrid, en muchos casos héroes de grandes gestas, una estrella B, siempre por detrás de los grandes nombres, pero que en el campo no se distingue para nada de aquellos que ganan un 50 por ciento más que él.

En los 80, estos puestos se los pelearon, entre otros, Carlos Santillana, Paco Llorente (padre de Marcos Llorente) y Sebastián Losada, pero el papel le venía como anillo al dedo a Jorge Valdano. Muchas de las grandes gestas del club en la década gloriosa de la Quinta del Buitre están salpicadas por goles de estos fenómenos, que eran verdaderos ídolos de la afición, sin llamarse necesariamente Butragueño, Hugo Sánchez o Míchel.

En los 90, el papel les perteneció a los Alfonso, Esnaíder, Luis Enrique, Dani García Lara, y Morientes. Raúl, el único galáctico (junto a Casillas) nacido en casa, no se puede categorizar en este rubro, que tras la marcha del club de Morientes tuvo en Higuaín a su mayor exponente. El argentino, sin ser "de la casa", se convirtió en un "canterano" más, pues aterrizó en Madrid con 18 años y sólo 12 partidos a cuestas en Primera División. Todo lo que ha llegado a ser el futbolista nació en el Real Madrid, donde ser ese "delantero de la casa" le costó perder el pulso con Karim Benzema, un jugador con mucha más calidad, pero con un tercio del pundonor del argentino.

Después de despejar el camino hacia la titularidad de Benzema con la marcha de Higuaín al Nápoles, nadie había recogido el testigo de este mítico rol en el equipo. Jesé, Isco y el propio Morata lo intentaron, pero por unas cosas o por otras, ninguno se ajustó en su momento a las necesidades.

Ahora que se habla mucho de la eficacia de las claúsulas de recompra en el Real Madrid (Carvajal, Lucas Vázquez, Casemiro, etc.), le toca el turno a Morata de brillar de vuelta en el Bernabéu, y cabe recordar que en el club esta estrategia se lleva acabo desde hace mucho tiempo, y que el delantero tendrá así la oportunidad de convertirse en un jugador de leyenda como ya hicieron muchos antes que él.

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