Los hombres fuertes de Zidane

Los hombres fuertes de Zidane

Zinedine Zidane fue un líder astuto y callado sobre el campo, donde dejaba que su calidad hablara por si sola. Ahora, como técnico, está utilizando los mismos conceptos para ganarse el respeto de unos jugadores que han podido con los egos más grandes del planeta, llamense Mourinho o Benítez.

Para lograr la actual harmonía, Zidane se ha basado en la simple meritocracia. Al final, juega quien se lo merece y quien rinde al mejor nivel durante la semana, aunque la lógica parezca indicar que la calidad de las estrellas, más allá de su esfuerzo, sería lo que necesita el equipo para brillar.

Por eso a estas alturas del campeonato el técnico francés puede decir de forma completamente orgullosa que su nucleo duro de jugadores lo forman aquellos que mejor rinden, los mismos que se están llevando todos los honores en esta recta final.

Ese grupo empieza con Keylor Navas. Zidane ya ha comunicado al club que, si él sigue la temporada que viene, su portero debe ser el costarricense. Navas está cumpliendo con creces los objetivos este año y sorprendiendo a más de uno con sus reflejos y su templanza en los momentos más difíciles. Cabe recordar que, más allá de los tenebrosos 10 minutos del Real Madrid en Wolfsburgo, el tico no ha recibido --ni antes ni después-- un sólo gol en lo que llevamos de Champions League. Esa es una marca a la altura de muy pocos.

En defensa, Zidane sólo se casa con Marcelo. Tras años de debate sobre la necesidad de apostar por laterales más "defensivos" en momentos importantes (Coentrao o Heinze hicieron carrera en el Bernabéu por ese motivo), el francés ha decidio que su hombre, en partidos grandes o pequeños, es el brasileño. Cuando está en forma y enfocado, Marcelo es de los mejores en su puesto y un arma irremplazable en el juego de ataque posicional del equipo. Su magia está fuera de toda duda y ahora tiene el respaldo del staff técnico tras años de remar a contracorriente.

En el medio sector, Zidane se ha armado hasta los dientes con Casemiro y le ha dado el balón a Modric. Todo lo demás puede cambiar: jugar con tres, con cuatro, con interiores, con extremos, con mediapunta o con uno del tridente atacante descolgado. Pueden entrar Kroos, Isco, James, Bale, Lucas o Kovacic, pero Casemiro y Modric no se tocan en los momentos difíciles.

Finalmente, en ataque, y aunque Zidane lance flores a todo el mundo, Gareth Bale se ha convertido en su hombre de confianza. Es el que más rota posiciones arriba, con el que más habla, el que más se esfuerza cuando toca y con el que más se enfada cuando no da el do de pecho. Cierto que su relación con Benzema es buenísima, casi paternalista, y que Ronaldo le respeta como quizás no ha respetado más que a Ferguson o Ancelotti, pero si Zidane fichará mañana por un gran equipo europeo con la liquidez que brindan los pozos de petroleo de Medio Oriente, elegiría a Gareth Bale como su primer fichaje. El galés está de dulce y se ha quitado el sambenito de ser un caballo desbocado necesitado de esplanadas libres de defensas para brllar. Si se mantiene en buena forma, el premio a su esfuerzo llegará pronto. Zidane tendrá gran parte de responsabilidad de esos buenos momentos.

El entrenador del Real Madrid ha conseguido llegar al final de temporada con amplias oportunidades de conseguir algo grande y lo ha hecho involucrando a todos los jugadores de su plantilla. Sin embargo, la palma se la lleva su circulo más cercano, esos jugadores en los que el galo confía ciegamente y con los que, para bien o para mal, pretende seguir luchando para cerrar la temporada de manera decorosa.

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