La explosión de Lucas Vázquez

La explosión de Lucas Vázquez

Nadie podía imaginar que Lucas Vázquez, repatriado tras una temporada en el Espanyol, con 24 años, sería uno de los jugadores más determinantes del Real Madrid en este curso, pero lo cierto es que el gallego no ha dejado a nadie indiferente cada vez que ha saltado al campo.

Rafa Benítez no tardó en darle la oportunidad de brillar en el primer equipo blanco. Lucas es el arquetipo de jugador que le gusta a Benítez: trabajador, inteligente tácticamente, desequilibrante en ataque pero esforzado en el repliegue. El técnico madrileño sobrepone la actitud a la aptitud, y en eso nadie ganaba a Lucas.

Sin embargo, su arranque de temporada fue bueno pero no impresionante. Recordaba al Callejón que le quito el puesto a Di María en el último tramo de José Mourinho como entrenador blanco. Un jugador correcto, que ganaba mucho por sus arrojo, pero que no se podía comparar con las grandes estrellas a nivel técnico.

Zidane, nada más llegar, apostó de nuevo por el talento de los rutilantes nombres con los que cuenta en su plantilla, pero tras la derrota ante el Atlético Madrid, se dio cuenta que quizás los jóvenes como Jesé, Casemiro y Vázquez deberían convertirse en puntales de su equipo.

El extremo no desaprovechó la oportunidad y ahora mismo es uno más del grupo duro de la plantilla. Sus actuaciones, tanto de titular como cuando salta del banquillo son siempre electrizantes, y además ahora se ha destapado como un gran goleador. Lucas lleva tres goles en los últimos cuatro partidos, sumando cuatro en total en 28 partidos disputados este año.

Sin duda el gallego es la aparición más refrescante de la plantilla y pocos se atreven a ponerle un techo a su progresión. Habíendo alcanzado un punto óptimo de madurez, Lucas se ha creido que es un gran jugador y ha dejado de estar en la sombra, como siempre le ocurrió en el Castilla. Hace dos años fue titular en el descenso del filial blanco porque el club no invierto en fichajes para cubrir los huecos dejados por los jugadores promocionados, pero el año anterior no logró hacerse con un puesto por delante de los Morata, Jesé o Cheryshev. Lucas siempre cumplía pero no lograba romper el cascarón.

Con Zidane de entrenador, el gallego está crecido y su explosión es inapelable. Ante el Rayo Vallecano, firmó el gol del empate con un soberbio cabezazo, Lucas demostró que todavía le queda mucho que decir en este equipo.

Su entrenador se frota las manos con él.

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