Los caprichos de las estrellas del Real Madrid le pueden costar caros
Cuando se supo que Gareth Bale no sería de la partida ante el Villarreal, todos los medios españoles se apresuraron a buscar la conexión con su paso por el Open de España de golf. La pasión del galés por el deporte del scratch es bien conocida, lo que pasa es que hacer 36 hoyos en una tarde tras haber jugado ante el Getafe el día anterior no parece ser la mejor receta de descanso activo para un jugador que depende tanto de su musculatura.
Ya el año pasado Bale tuvo que dejar aparcado su Lamborghini en el garaje y volver a sacar a pasear el RangeRover, pues la reducida cabina del deportivo también fue señalada como una de las cupables de las continuas recaídas por problemas musculares.
Ronaldo, que no suele lesionarse mucho --la última vez fue hace más de año y medio-- sufrió en el último momento del partido ante el Villarreal un susto también muscular. Tras un intento de chilena, el portugués se llevó la mano a la parte posterior del muslo derecho, y aunque desde el club aseguran que no es nada grave, no viajará a Vallecas con el grupo por precaución.
Con el partido 3-0 y resuelto, no se entiende que jugadores de los que el club depende tanto como Ronaldo se esfuerzen en apurar cada minuto del encuentro. Está claro que el portugués quiere marcar el máximo número de goles posibles, pero si la meta final es ganar títulos para el equipo, no se entiende que no descanse una vez los partidos estan resultos. 20 minutos menos ante el Villarreal podían haber significado 60 minutos más ante el Rayo Vallecano, algo que quizás el sábado eche de menos el equipo.
Son este tipo de caprichos, y la falta de mano dura en el club para lidiar con ellos, lo que puede acabar tirando por la borda una temporada que se veía muy complicada y a la cual el equipo de Zidane ha sabido encontrarle un segundo aire.
Ahora está por ver si las estrellas pueden dejar de lado sus caprichos y enfocarse cien por cien en los objetivos del grupo.
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