Benzema se aleja del Real Madrid

Benzema se aleja del Real Madrid

Karim Benzema no sale de un problema para meterse en otro, y tantas veces ha bailado en la frontera de lo legal y lo ilegal que finalmente podría acabar quemándose.

Esta semana el delantero francés ha sido imputado en el caso Valbuena, en el que se le acusa de compicidad en un delito de extorsión penado con hasta cinco años de carcel.

El primer efecto colateral de la enfarragosa situación ya ha explotado: Benzema --también Valbuena, por cierto-- ha sido apartado de la convocatoria de Didier Deschamps para los partidos amistosos de Francia esta semana, y no ha habido clarificación sobre si esta situación se extenderá en el tiempo o no.

Pero las cosas para Benzema podrían torcerse aun más. El francés, que había empezado la temporada como un tiro, se lesionó jugando con Francia y lleva un mes alejado de los terrenos de juego. Ahora, cuando parece estar recuperado, ha encontrado un bache anímico que podría llevarse por delante su temporada y quizás su carrera en el Real Madrid.

De sobra es conocido el gusto de Florentino Pérez por el decoro --real o actuado-- en cuanto a la imagen que jugadores y empleados brindan al club. En 2008, cuando Pepe perdió los papeles en un partido ante el Getafe y agredió violentamente a Casquero, desde la cúpula directiva se sopesó seriamente la posibilidad de despedir a un jugador que, se suponía, no era digno de vestir el escudo del Real Madrid. El rápido arrepentimiento del portugués y su papel de líder dentro del vestuario le permitieron continuar en el equipo, pero el poso de aquella idea quedó en el aire, y viendo el enredo en el cual se encuentra Benzema no sería descabellado pensar que la duda se ha vuelto a instalar en la planta noble del Santiago Bernabéu.

Es cierto que Karim es uno de los jugadores fetiche de Florentino Pérez. El presidente viajó hasta Lyon para ficharle y, desde entonces, le ha defendido contra viento y marea. Sin embargo ahora ni siquiera Florentino podría protegerle, y también cabe preguntarse si llegados a estas alturas el presidente querría ensuciar su propia imagen por defender públicamente a un jugador que no ha demostrado tener ningún respeto por las oportunidades que el Real Madrid le ha brindado.

Benzema siempre ha sido cuestionado por una parte de la grada del Bernabéu, y aunque llegó con vitola de estrella junto a Ronaldo y Kaká, nunca logró llegar al nivel del crack portugués: ni en el campo ni en los corazones de los madridistas.

Florentino Pérez debe sentirse ultrajado. Su jugador favorito, un hombre al que ha tratado como un hijo, sigue metiendo la pata --cuando está cerca ya de la treintena, por cierto--, y en vez de enfocarse en el fútbol, siempre acaba dando más problemas de los necesarios.

Con Morata tirando la puerta abajo en su erasmus personal en Turín, y jugadores como Lewandoski (con quien el propio Florentino Pérez se reunió en el Bernabéu tras caer ante el Borussia Dortmund en 2013) o Agüero (el delantero favorito del presidente desde sus tiempos como Colchonero) poniéndose a tiro tanto por sus actuaciones como por las ganas de sus agentes de convertirlos en madridistas, las horas de Benzema como como el 9 del Real Madrid podrían estar contadas.

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