La UD Las Palmas de Quique Setién asalta el escenario principal de La Liga
La Unión Deportiva Las Palmas agarra el micrófono y no lo suelta. El conjunto de Quique Setién ha sucedido al Celta de Eduardo Berizzo en ese segundo escenario reservado a los mejores teloneros, a menudo tan agradecido para los que buscamos sonidos alternativos a la radiofórmula ganadora. El equipo del toque y el talento canario es quinto y recibe al Real Madrid el sábado en el Insular aferrada a varios propósitos tan tercos como bellos. La primera es que cuidarán la pelota a toda costa, la segunda es que harán con ella lo que les dé la gana.
Pese al traspié en Anoeta, la UD no cambia el paso. La temporada pasada consiguieron sobrevivir en Primera haciendo del juego asociativo su principal virtud y han arrancando la presente sin apartarse un milímetro de su postura. Los de Setién son un caso notable de que el talento siempre es el mejor pasaporte para huir de las penurias.
En el centro, Roque Mesa
Desde su posición de mediocentro puro, Roque Mesa es la prolongación de Quique Setién en el campo. Polivalente y con talento para jugar en posiciones más avanzadas, el canterano ha encontrado su mejor versión en el fondo de la cueva. Es la pieza que equilibra el juego en la Unión Deportiva, su jugador franquicia. Se mueve entre los centrales para cimentar de calidad la salida de balón y lee con precisión el juego para buscar siempre el espacio libre. Ya con la pelota en los pies sabe buscar el pase sencillo o la incorporación de ruptura. Arropado en el 4-2-3-1 que tan buenos réditos le ha dado al equipo en fase defensiva o corriendo el 4-3-3 cuando sopla viento a favor, pero siempre con el mimo al balón por bandera, Roque es el jugador que define a este Las Palmas.
¡@AxelTorres realiza un exhaustivo análisis del juego de la UD Las Palmas de Quique Setién! #beINLaLiga https://t.co/i47sTpM0d6
— beIN SPORTS ESPAÑA (@beINSPORTSes) 19 de septiembre de 2016
Pero hay vida más allá de Mesa. El recuperado Tana aporta calidad en la mediapunta junto a Viera, Vicente Gómez es el elemento corrector en el centro y futbolistas como El Zhar, Boateng o Marko Livaja los encargados de monetizar el trabajo. Huyendo del juego por las alas tan propenso a la electricidad como a la imprecisión, la UD cocina a fuego lento. Concentra todo ese talento en unos pocos metros, agolpa a sus creadores en el centro y les obliga a ofrecerse constantemente para crear espacios. Un lujo para el espectador.
En realidad, para entender la empresa del equipo amarillo basta escuchar cualquier declaración de su entrenador. Hay mil pero una de 2003 en 'El País' me vale: "aprendí el fútbol en una plazoleta de mi barrio, en Santander. Ahora veo que a los futbolistas se les empieza a trabajar aspectos tácticos desde pequeños. Cada día se les deja regatear menos. Ves a equipos de alevines y saben bascular, cerrar, cuándo hay que apretar, pero tras media hora hay chicos que no han tocado la pelota. Cada día se les deja regatear menos. Y se privilegia al chico fuerte y alto" Lo aplicó en el Lugo y aquel equipo todavía vive de su filosofía en Segunda. Por primera vez en la élite a sus 57 años, el que fuera un carismático cantante durante su etapa como futbolista ha pulido la idea hasta el último detalle para regalarnos un sonido precioso. Ya merecen ocupar el escenario principal.
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