Del Bosque se va y la Federación en pañales

Joaquín Caparrós gesticula durante un partido liguero entre Real Madrid y Levante el pasado 9 de marzo en el estadio Santiago Bernabéu, en la capital de España (AFP/Archivos | Javier Soriano)

Ocho años después, parece que la Federación Española vuelve a las andadas. El buen hacer y la transparecia que instauraron Luis Aragonés, Vicente Del Bosque y Fernando Hierro, parecen haber dejado paso a un nuevo episodio chabacano y feo a la vista, una vez que el Seleccionador Español haya decidido jubilarse.

A los 65 años, Vicente Del Bosque ha dicho basta. Con dos Champions Leagues, un Mundial y una Euro, el mejor entrenador español de todos los tiempos pone punto y final a una carrera espectacular, tanto como jugador como de entrenador, pero con su salida airea varios de los trapos sucios de un Federación Española que cada día se encamina más hacia el abismo.

Ángel María Villar sabía que Del Bosque no sería su entrenador una vez terminada la participación de España en la Euro. El salmantino ya quiso dejarlo tras el Mundial, pero Villar le pedió dos años más de compromiso. Ahora, el presidente de la Federación le pidió que se quedará hasta noviembre, cuando se celebren las elecciones a la presidencia del máximo organismo del fútbol español, pero esta vez no, Del Bosque dice adiós.

Lo que ocurre es que Villar no tiene relevo. Así como tras la renuncia de Luis Aragonés en 2008 el testigo si estaba claro quien lo iba a recoger, ahora la Federación se encuentra en un apuro. Villar se encuentra en Francia como presidente en funciones de la UEFA tras la exclusión de la organización de Platini. Será el vasco quien entregue el trofeo de ganador en la cita de este verano en Francia, y sus ansias de poder le hacen verse ya sentado en el sillón presidencial de UEFA de manera firme.

Pero por ello está descuidando los deberes en casa. El hombre que tanto Del Bosque como la afición española querían para el puesta era Paco Jémez. El extécnico del Rayo Vallecano es el estandarte del fútbol ofensivo y de posesión ahora mismo en España y era de esperar que él recogiera el testigo en La Roja para intentar perpetuar el estilo que se lleva trabajando desde 2006.

La mala gestión de la Federación hizo que Paco decidiera no esperar y firmó por el Granada. El propio entrenador aseguró tras la debacle de España en Francia estar halagado por el posible interés de la Federación, y confirmó que su contrato tiene una claúsula por la cual él se podría desvincular si llegará una oferta para ser Seleccionador. Sin embargo, tal y como están las relaciones entre La Liga y la Federación, sería muy raro que Villar se atreviera a tocar a un técnico con contrato, por lo que el nuevo seleccionador debería ser alguno sin equipo.

Es ahí cuando entre en juego Joaquín Caparrós. El utrerano lleva una temporada sin entrenar, tras haber dejado el Granada el verano pasado, y lleva un par de semanas dejando bien claro que ahora mismo está a la espera de una sóla oferta: La de la Selección Española.

El problema es que que Caparrós es un técnico contra natura para lo que es hoy en día la Selección. No se trata de ponerle el cartelito de defensivo, porque al final de cuentas, es un técnico moderno, que ha sabido triunfar tanto en el Sevilla, como en el Athletic de Bilbao o en el Mallorca, pero su estilo de juego ha sido siempre más dado a el rompe y rasco que al juego de alta posesión.

El propio Caparrós aseguró en la Cadena Cope esta semana que él se adapta siempre a sus plantillas y si en España tiene la oportunidad de jugar con jugadores de mucha calidad, él no tendrá problema en adaptar su juego al de los futbolistas con los que cuente.

Suena un poco a movimiento político, a eso de comprometer sus ideales con tal de conseguir el trono, pero sin duda Caparrós no ha hecho nunca nada en su carrera que pueda llevar a pensar que en la Selección Española podría ser la continuación del proyecto de Aragonés y Del Bosque.

En fin, en la Federación Española, le pese a quien le pese, se trabaj así. Entrenadores de calidad y sin club, ahora mismo, no quedan muchos. Villar no se ha preocupado mucho, parece, en preparar está consabida transición, y ahora tendrá que venir corriendo tras la Euro para cerrar un sustituto de nivel para Vicente Del Bosque.

A buen seguro será Caparrós, si no al tiempo, aunque el estilo tan querido por todos en La Roja acabe resintiéndose.

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