El tiempo y Buffon acaban con España

El tiempo y Buffon acaban con España

Parece irónico, casi cruel, que el día al que España se le han notado más los años, las arrugas, las canas, haya sido justo el día en que Gianluigi Buffon se ha vuelto a erigir como el gran héroe de la Italia más clásica que se recuerde en la última década.

Vicente Del Bosque no quiso o no supo hacer el cambio generacional que el equipo pedía a gritos y España fue un compendio de grandes jugadores que jugaba cada uno a una cosa en esta Euro 2016. El resultado, como en Brasil, sólo podía ser una caida esperpéntica; un grupo que hizo de una idea un grito de guerra maravilloso entre 2008 y 2012, se ha quedado en nada, en una indefinición total; y su entrenador no ha sabido ni encontrar jugadores que casaran con esa idea original (la posesión) ni relevar a las viejas glorias con jóvenes con hambre, velocidad y con ganas de dar un golpe en la mesa.

España entró caminando en la primera parte ante Italia en el partido de octavos de final de la Euro 2016. No disparó en 45 minutos entre los tres palos, mientras que La Azzurra pudo irse al descanso con un 4-0 en el marcador, de haber estado un poco más finos y David De Gea algo menos afortunado. Sergio Busquets no encontraba el balón, y su trote en el medio campo, sin presionar a De Rossi ni cubrir en las segundas jugadas a Ramos y Piqué, no hizo más que amedrentar a Cesc, Silva e Iniesta, jugadores que parecían (quizás un poco menos Iniesta) estar pensando más en lo bien que se vería el partido sentado en un sofá que con los once italianos mordiéndoles los tobillos en cada jugada.

A La Roja no le salió nada en la primera parte, sobre todo porque no intentó nada. El gol fue una nueva demostración de lo que Italia tiene de sobra: testosterona. Chiellini llegó con todo al rebote de De Gea tras un fuerte disparo de falta al borde del área, en una nueva torpeza de Sergio Ramos: el sevillano bien pudo ser el mejor defensa del equipo durante la segunda parte pero volvió a demostrar que, una vez cada 90 minutos, tiene una jugada que pone de los nervios a los aficionados. En esta ocasión, su error fue clave.

Italia no podía estar más cómoda sobre el campo y no cambió mucho en la segunda parte. España salió con más ganas en la reanudación, sabiendo que estaba a 45 minutos del abismo tras haberse visto prácticamente en semifinales cuando Sergio Ramos se dispusó a disparar el penalti pitado sobre Silva ante Croacia el miércoles pasado.

Aritz Aduriz salió en el descanso por Nolito, lesionado y ausente en la primera parte, y España se dispuso a batirse en el cuerpo a cuerpo ante Italia. Iniesta agarró el mando ante la incomparecencia de Cesc, y abriendo continuamente a las bandas, empezó La Roja a surtir de balones a sus dos torres. En ese momento, Gianlugi Buffon debió pensar: "Ahora es mi momento".

En el primer centró al área, Morata remató solo y Buffón sacó el balón como nada más los elegidos pueden hacerlo. En el segundo, Parolo arroyó a Aduriz antes de que el vasco pudiera rematar, dejándole adolorido y lesionado. Del Bosque demostró aquí poca cintura, pues diez minutos después, con España ahogando a La Azzurra, cambió a Morata, de lejos el mejor atacante español en el torneo, por Lucas Vázquez mientras un renqueante Aduriz se quedaba en el campo. Poco después el del Athletic de Bilbao pedía el cambio y España, en un nuevo giro dantesco del guión, acabó su participación en la Euro 2016 atacando con Pedro, Silva y Lucas Vázquez en busca de cabezazos poco probables contra Chiellini, Barzagli y Bonucci. El mundo al revés, vamos.

Pero España tendría su última oportunidad. Era el minuto 89 y en un balón largo de De Gea, peinado por Motta, Gerard Piqué --el antihéroe favorito de todos los españoles-- remató a bocajarro desde dentro del área pequeña en busca de un agónico empate con el cual lograr apurar, cuando menos, la prórroga. Sin embargo, Gianluigi Buffon, a quien no se le notan ni los años ni las arrugas ni las canas, volvió a demostrar sus reflejos felinos para sacar lo que muchos cantaron como el gol salvador de La Roja. Minutos antes, el portero italiano también había sacado una mano espectacular ante una gran volea de Andrés Iniesta. Buffon tenía que acabar siendo el héroe, estaba escrito.

El desánimo fue tal tras esas ocasiones que en la siguiente jugada Italia cerró un dos contra cuatro a la contra con gol de Pelle, poniendo así el 2-0 definitivo y certificando el fin de ciclo de una Selección que ha dado muchas alegrías a los españoles desde 2008, pero que lleva desde 2014 sin rumbo, sin plan, y sin forma de encontrar una nueva dirección.

Ahora sí no hay duda, toca hacer borrón y cuenta nueva, y España necesita buscar una idea de juego para no perderse en el desierto de mediocridad al que tuvo acostumbrado a su afición durante gran parte de su historia.

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