Yahoo Noticias ¡Cuánta falta hace Suárez!
No voy a volver a poner sobre la mesa la eterna discusión acerca de la ridícula (en mi opinión) suspensión a Luis Suárez. ¿Para qué? Eso ya es cosa juzgada, lamentablemente.
La realidad indica que Uruguay debe seguir jugando sin él, al menos siete partidos oficiales más. Justo en una selección donde el recambio generacional se impone y la ausencia de futbolistas de calidad, de esos que marcan la diferencia es más que notoria.
Ya no están los grandes íconos de la valía de Diego Forlán, del Chino Recoba y hasta incluiría al Loco Abreu por todo lo que su figura significaba en el plantel del Maestro Oscar Washington Tabárez.
Y lo peor del caso es que no se ven, al menos hasta el momento, promesas que los reemplacen como ellos merecen y como la selección uruguaya necesita y exige.
Este sábado la Celeste debutó en la Copa América, título que defiende. El rival fue Jamaica, uno de los dos invitados y que jamás había participado el torneo de selecciones más antiguo del mundo.
En los papeles, obviamente, Uruguay era el gran favorito. ¿Cuántos goles de diferencia puede haber? ¿Dos, tres? Sin embargo eso no se vio en la cancha.
Más allá de que Jamaica tuvo sus chances y dejó una imagen más que satisfactoria si nos remitimos a los antecedentes comparativos, Uruguay sintió la ausencia de su máxima figura Luis Suárez.
En un plantel donde no abundan los jugadores “diferentes”, la carencia de un delantero de esos quilates se nota en demasía, no sólo por lo que pueda aportar sino por lo que significa para el rival, lo que pesa dentro del campo de juego.
Uruguay tuvo poca potencia ofensiva. Cavani no supo aprovechar las dos o tres que se le presentaron y extrañó demasiado al delantero del Barcelona, con el que forma un tándem ofensivo de enorme peligro.
Uruguay careció de categoría. Cuenta con la experiencia de tipos como Godín, Palito Pereira, Arévalo Ríos o Cristian Rodríguez y con eso apenas le alcanzó para llevarse los tres puntos. Nicolás Lodeiro fue de lo más rescatable a la hora de luchar y generar. Muy poco para una selección con tantos laureles.
Uruguay ganó porque la camiseta sigue pesando. Casi como de prepo, desparramando sobre el terreno lo que a lo largo de la historia supo conseguir en cuanto a respeto se refiere.
¿Alcanzará eso para defender con éxito el título ganado hace cuatro años atrás? Cuesta aseverarlo. Pudo pasar con éxito el debut y ahora llega nada menos que Argentina. Y si bien en un Clásico cualquier cosa puede pasar, el Maestro Tabárez deberá ingeniárselas para revertir la floja actuación ante los caribeños y llegar al martes ante Messi y compañía en mejores condiciones.
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