De robar casas y supermercados a atajar para Brasil

BRA11. TERESÓPOLIS (BRASIL), 03/06/2015.- El arquero Jefferson de Oliveira de la selección brasileña de fútbol participa un entrenamiento de su equipo previo a su participación en la Copa América 2015 hoy, miércoles 3 de junio de 2015, en la ciudad serrana de Teresópolis, Río de Janeiro (Brasil). Brasil forma parte del Grupo C y debutará en el torneo contra Perú el 14 de junio en Temuco (Chile). Después jugará contra Colombia y Venezuela, en Santiago de Chile. EFE/Marcelo Sayão

Una de las actitudes más valorables en una persona es reconocer los errores e intentar redimirse de ellos de la mejor manera posible. Muchas veces a uno le lleva tiempo darse cuenta de sus fallas en la vida, pero si existe la voluntad para retomar el camino correcto, hay un alto grado de posibilidades que puedas salir a flote.

Y eso es lo que hizo Jefferson, a priori el arquero titular de Brasil para el entrenador Dunga, de cara al debut ante Perú en Temuco, por la Copa América Chile 2015. El futbolista del Botafogo ha confesado su oscuro pasado de delincuente, y su testimonio recorre todo el mundo.

"Yo tenía un amigo que prácticamente era mi hermano. Cuando íbamos juntos robábamos en supermercados y entrábamos en casas ajenas. Pero entonces Cristian (como se llamaba su amigo) ya consumía drogas y me mostró la cocaína, cosa que yo no conocía", explicó uno de los 23 convocados para defender al "Scratch" en tierras chilenas, en un gran reportaje para ESPN. Pero su testimonio no culminó ahí: "Pensé que él era mi amigo, pero era momento de hacer mi camino. Desde entonces he tomado las decisiones correctas en mi vida".

El nacido hace 32 años en San Vicente, San Pablo, se erige como el gran sucesor de Julio César en el arco de la Verdeamarelha por sus buenas actuaciones con su club. Sin embargo, estas buenas actitudes exhiben que además de tener talento para estar bajo los tres palos, es una persona recuperada y totalmente profesional al día de hoy.

“Todos merecen una segunda oportunidad. La gente debe ir directamente a la raíz del problema. En estos días, por desgracia, vemos a niños de 12 años cometiendo crímenes”, adhirió Jefferson de Oliveira, quien también estuvo en la nómina brasileña para el Mundial 2014.

Antes del fútbol, vivió el mundo circense

Tras alejarse de las malas influencias y el mundo del vandalismo, Jefferson fue artista en un circo. Además de afirmar que su etapa de equilibrista lo ayudó mucho en tiempos difíciles, esa condición le aportó mayor fuerza, elasticidad y agilidad, atributos que seguramente han decidido a Dunga para llevarlo a la Copa América y darle la linda posibilidad de estar en el once inicial para el primer encuentro del certamen.

“Nunca llegué a hacer malabares. Pero elegí pasar más tiempo en el circo para escapar de los problemas de la calle, de la delincuencia y de todo lo malo. Aunque solo ganaba 16 dólares al mes, ese sacrificio valió la pena”, declaró al sitio OGlobo.com.

También te puede interesar:

 

Modelos calientan la Copa América 2015

El día que la "10" albiceleste no fue de Maradona

La genialidad de Neymar en el entrenamiento de Brasil