El Pibe Valderrama no se compara con James

Former Colombian footballer Carlos Valderrama arrives on stage to present the FIFA Puskas award during the FIFA Ballon d'Or awards ceremony at the Kongresshaus in Zurich on January 7, 2013. AFP PHOTO / OLIVIER MORINOLIVIER MORIN/AFP/Getty Images
Former Colombian footballer Carlos Valderrama arrives on stage to present the FIFA Puskas award during the FIFA Ballon d'Or awards ceremony at the Kongresshaus in Zurich on January 7, 2013. AFP PHOTO / OLIVIER MORINOLIVIER MORIN/AFP/Getty Images

Las comparaciones son inevitables cuando de jugadores de fútbol se trata. Pueden ser de un mismo país o no, más allá de las épocas. Maradona y Messi. Pelé y Garrincha. Ronaldo y Ronaldinho. Maradona y Pelé. Y así podríamos seguir y seguir.

Desde que en Colombia la Generación Dorada de los noventa irrumpió en el mundo del fútbol, una enorme cantidad de grandes futbolistas dieron y dan mucho que hablar.

Uno de los máximos ídolos e íconos de aquella selección que dirigía Francisco “Pacho” Maturana fue Carlos “El Pibe” Valderrama.

Siempre fue y sigue siendo muy fácil de reconocer gracias a su sello característico: la cabellera. Pero, obviamente, no es sólo ese el motivo de su fama. Valderrama fue un jugador fantástico, de esos que dejan su sello bien marcado y uno de los “fundadores” de esa selección colombiana en la que brilló junto a Freddy Rincón, Faustino Asprilla y Adolfo Valencia, entre otros.

Hoy la nueva generación que engalana al combinado Cafetero cuenta con elementos de la categoría de Radamel Falcao, Teo Gutiérrez, Juan Cuadrado y muchos más.

Pero si hay uno que se destaca por su categoría es James Rodríguez. El volante de 23 años brilla en el Real Madrid y se perfila a ser uno de los más importantes de la historia de su país.

Por razones obvias ya se lo compara con el Pibe Valderrama, quien ante una pregunta al respecto respondió lo siguiente:

Gran razón tiene. Si bien ambos son dos fenómenos, tienen características muy diferentes. Uno ya hizo escuela y quedó en la historia. El otro va por el mismo camino aunque con otras armas.

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