Luis Suárez con el gol entre ceja y ceja

Luis Suárez con el gol entre ceja y ceja

El uruguayo Luis Suárez es un goleador de raza, acostumbrado a destacar en las condiciones más complicadas. Esta temporada, su primera completa como jugador blaugrana, se ha convertido en el verdadero líder espiritual del equipo, sacando las castañas del fuego en muchas ocasiones que el resto del equipo simplemente no arrancaba. Por eso, ahora que el equipo está a sólo 90 minutos de levantar la Liga por segundo año consecutivo, vale la pena destacar esas cualidades que diferencian al urguayo del resto de grandes goleadores del firmamento futbólistico.

La relación de Suárez con el gol es casi enfermiza. En muchas ocasiones, su obsesión con romper la red contraria rivaliza con la del propio Cristiano Ronaldo, aunque su forma de llegar al gol sea bastante diferente. Mientras el portugués parece muchas veces más enfocado en marcar su gol antes que mirar por el bien del equipo, Suárez es una bestia en la presión al contrario, de tal manera que sus cifras acaban siendo siempre abultadas, pero no tanto por anteponer sus propias estadísticas a las de sus compañeros, si no por el puro volumén de ocasiones que genera y que se busca él mismo.

Los ejemplos más claros de este razonamiento los encontramos en el último partido entre el Barça y el Celta de Vigo (6-0 en el Camp Nou) y en Clásico jugado en la Ciudad Condal. Ante el Celta, Suárez irrumpió en el área como un búfalo cuando Messi se disponía a ceder el disparo de penalti indirecto a Neymar. El uruguayo, ajeno al plan, vio el balón suelto en el área y no lo dudó. Ante el Real Madrid, en una segunda parte pésima de juego y ocasiones, Suárez se deshizo de su marca y sin ningún ángulo disparó a puerta con el exterior de su bota derecha. Con Keylor batido, su tiro salió rozando el palo. Donde todos veían un desierto, Suárez encontró un oasis.

Sus ganas por marcar volvieron a ponerse de manifiesto ante el Espanyol. Tras el gol inicial de Messi, cuando los periquitos empezaron a soltarse, Suárez se sacó dos latigazos que acabaron cerrando el partido y brindando, prácticamente, el título en bandeja a los azulgrana. Fue una actuación parecida a las que enhebró ante Deportivo La Coruña y Sporting de Gijón. Cuando más le necesitaba el equipo, tras tres derrotas seguidas en Liga y eliminado de la Champions League, el uruguayo se dejó todo en el campo y firmó dos pókers seguidos -- lo nunca visto.

Tras esos dos partidos, y con la baja de Ronaldo ante el Rayo Vallecano y Real Sociedad, Suárez aprovechó para darle la vuelta a la tortilla y sobrepasar al portugués en su lucha por la Bota de Oro. Hace dos temporadas ambos ya compartieron dicho trofeo, el año pasado se lo llevó el portugués y esta vez, a no ser que den un giro bestial las cosas (cinco goles necesitaría Ronaldo para superar a Suárez, será el culé quien se lleva el trofeo.

Todo gracias a esa sana obsesión por el gol. Suárez se ha convertido en el complemento perfecto en el Barcelona a la magia de Neymar y Messi, en el goleador adecuado recogiendo el testigo de Samuel Eto'o o David Villa. El uruguayo le ha venido como anillo al dedo al Barça de Luis Enrique, y este año podría incluso entrar de lleno en la carrera por el Balón de Oro.

También te puede interesar:

Sólo encajaría Mahrez

Con Messi es todo más fácil

La temporada perdida de Arda