La temporada perdida de Arda Turan

La temporada perdida de Arda Turan

En el Calderón, su antigua casa, Arda Turan fue recibido como un proscrito. El turco volvía al lugar que le encumbró a los altares del fútbol europeo vestido con la senyera del FC Barcelona y tras ocho meses de sufrimiento, y la grada le recordó a base de silbidos que dejar un lugar donde eres venerado por otro donde se te paga más no es siempre la mejor idea.

Arda se la jugó fichando por el FC Barcelona cuando media europa le hubiera puesto un cheque en blanco para que firmara. Los cantos de sirena del equipo culé, cuando eres un mediocampista creativo con pasión por la posesión, son difíciles de ignorar, pero había dos grandes problemas en contra de la operación: el resquemor que dejaba en la hichada rojiblanca --acostumbrada ya a mirar a la cara a Real Madrid y Barcelona-- y el hecho de que, por la sanción de la FIFA, el turco no podía jugar con los culés hasta enero.

De tal manera que Arda Turan, al firmar su contrato, ya sabía que como mínimo media temporada estaba tirada a la basura. El turco se lo tomó con filosofía. Se dedicó a entrenar, a conocer a sus compañeros, y disfrutar de su nuevo club y de su nueva ciudad, y a prepararse para estar a tope en enero. A adaptarse, en fín. O al menos eso parecía.

La realidad nos cuenta que Turan es ahora mismo un ente extraño en el entramado táctico de Luis Enrique. Ni aporta mucho al juego, ni se esfuerza en defensa como hacía bajo las órdenes del Cholo Simeone, ni acaba de encontrar la manera de conectar con las grandes estrellas de su equipo.

Mirando la fria estadísitica, muchos pensarán que Arda no está tan mal. En sólo 21 partidos (la mayoría saliendo del banquillo) ha firmado 2 goles y 4 asistencias, a un tanto y dos pases finales de alcanzar su marca de la pasada temporada. Pero claro, marcar un gol o dar un pase de gol en el Atlético Madrid, con Manzukic o Griezmann como rematadores, es mucho más complicado que marcarlo o darlo en el FC Barcelona, rodeadon de Messi, Suárez, Neymar, Iniesta y otros -- con todos los respetos a los rojiblancos, por supuesto.

Pero Arda si está mal. Es una cuestión de feeling, de percepción. Arda salta al campo y la afición sabe que algo negativo puede ocurrir. Porque el turco, simpemente, no ha logrado encajar en el patrón de juego culé.

En el Clásico cargó con todas la culpas de la remontada blanca. Ante su antiguo club, en la Champions, volvió a pasar por la hierba sin pena ni gloria. En Anoeta, ante la Real Sociedad, se pudo ver una más su desconexión con el resto del equipo. Su cara ya se asocia con el claro declive blaugrana.

GRA593. MADRID, 13/04/2016.- El colegiado italiano Nicola Rizzoli muestra tarjeta amarilla al centrocampista turco del F. C. Barcelona, Arda Turan (7), durante el encuentro correspondiente a la vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones, que han disputado esta noche frente al At. de Madrid en el estadio Vicente Calderón, en Madrid. EFE / Ballesteros.

Y es una pena porque Arda Turan es un jugadorazo. Uno de esos jugadores especiales, que valen el precio de la entrada. El contraste con su aportación en su selección, en la cual es el líder supremo, no aguanta comparación. Quizás esa sea la clave: el turco necesita estar en un equipo que gire a su alrededor, ser cabeza de ratón antes que cola de león.

Es temprano para pensar que el mediocampista dejará la nave blaugrana, más aun después de haber tenido que esperar cuatro meses para debutar. Pero no es menos cierto que en el club están preocupados por la falta de punch de Turan y que si las cosas no cambian, deberán buscar nombres para cumplir la función del ex rojiblanco.

Con Iniesta enfilando la recta final de su carrera y con Rafinha aun recuperando el nivel competitivo de antes de su lesión, Luis Enrique sólo cuenta con Rakitic como un jugador confiable al cien por cien en los interiores.

El verano será movido y Pogba o Mahrez están al acecho. Tal vez sea la competencia lo que haga reaccionar a Arda Turan.

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