Scott Hall 'Razor Ramon', el trágico final de un ídolo de la lucha libre

Scot Hall 'Razor Ramon' en la WWF Wrestlemania X8 (Foto: George Pimentel/WireImage vía Getty Images
Scot Hall 'Razor Ramon' en la WWF Wrestlemania X8 (Foto: George Pimentel/WireImage vía Getty Images

A pesar de intentar encarnar al personaje más despreciable en la industria, la grada entera lo amaba. Scott Hall vivió la paradoja del chico malo que nunca estuvo previsto para ser idolatrado, mas el carisma que irradiaba fungió como el modelo a seguir de generaciones.

El gladiador que deslumbró en los años 90 en Estados Unidos murió a los 63 años. A principios de marzo de 2022 se cayó en su casa y se fracturó la cadera. De ahí que se sometió a una intervención quirúrgica de reemplazo que propició el desprendimiento de un coágulo. Su situación empeoró cuando sufrió tres ataques cardíacos de manera consecutiva.

Razor Ramon (Scott Hall) en 1993 | Foto: John Barrett/PHOTOlink / MediaPunch /IPX vía Getty Images
Razor Ramon (Scott Hall) en 1993 | Foto: John Barrett/PHOTOlink / MediaPunch /IPX vía Getty Images

El gladiador Kevin Nash, quien lo acompañó de forma permanente a lo largo de su carrera, señaló que Hall estaba conectado a un respirador artificial; por lo que cuando su familia llegara al hospital de Marietta, Georgia, en que se mantenía internado, lo retirarían para darle descanso. El 14 de marzo la World Wrestling Entertainment (WWE) oficializó su deceso.

Scott Hall fue uno de los pocos referentes que nunca logró conquistar una corona mundial en la WWE, ni en la World Championship Wrestling (WCW). Sin embargo, se encumbró como un revolucionario del estilo, la capacidad atlética dentro del cuadrilátero y la habilidad para transmitir a través del micrófono.

Había pocos con su nivel al hablar, muchos menos con la originalidad que lo distinguió. En la WWE, resaltó bajo el nombre de Razor Ramon: una faceta en que caracterizó a un luchador de origen cubano, cual reflejo de la película Scarface. Propuso la idea a Vince McMahon, dueño de la compañía, y este aceptó sin dudarlo. La realidad es que el mandamás jamás vio el filme que inmortalizó Al Pacino.

Su éxito creció como la espuma. Pronto ingresó a la escena del Campeonato Intercontinental, un título que históricamente se destina a las superestrellas en ascenso. Y lo ganó en cuatro ocasiones. Junto a Shawn Michaels, otro de los referentes del negocio, sostuvieron el primer mano a mano de la empresa con una escalera de por medio. Un combate adelantado a 1994, debido a la creatividad implícita que dejó el listón muy alto para los futuros elementos.

El emparejamiento con Kevin Nash surgió en aquella época; su mejor amigo luchaba con el personaje de Diesel. La sinergia de ambos era difícil de equiparar, tanto así que llamó la atención de la WCW, la eterna rival de la WWE. 1996 representa una fecha ineludible en el wrestling, pues los dos oponentes competían de poder a poder en la programación de los lunes por la noche. WCW, con la emisión de Nitro; WWE, con la de RAW.

Así, sedujeron a Hall y Nash para integrarse a sus filas. La diferencia es que los dejaron ser ellos mismos. El valor agregado de Ramon y Diesel era tan diferencial que la WWE decidió continuar con los personajes, aún sin que sus protagonistas continuaran de su lado. El dúo de suplentes efectuó segmentos en México, gracias a la breve alianza con Triple A en 1997. Arturo “El Rudo” Rivera fue el encargado de introducirlos a los seguidores aztecas.

Al mismo tiempo, la legitimidad brillaba del lado contrario. Hall y Nash deleitaban a la WCW. Entraban en escena con sus nombres de pila, en la facción denominada The Outsiders: estandartes ajenos que pretendían arruinar el show Monday Night Nitro. Curiosamente, su estatus de pareja los llevó a vestirse con el oro de la división. Incluso, se adjudicaron la máscara del mexicano Rey Mysterio en 1999.

¿Qué sucede cuando se acompaña a las cartas más fuertes de una tirada con otra insignia igual de importante para el país? Nace la genialidad. De ese modo, crearon la New World Order (nWo) junto al gladiador Syxx, una agrupación de rudos liderada por el mítico Hulk Hogan que decantó la balanza hacia la WCW. La trascendencia del grupo es tan representativa para la cultura estadounidense que hasta el basquetbolista Dennis Rodman se subió al barco del equipo.

La muerte de Scott Hall abre una herida muy grande en el entretenimiento deportivo. Dejó de existir el ser al que Nash “amó” fraternalmente como a ningún otro, el que Hogan aclamó por “revivir su carrera”. El que nunca bajó los brazos en su duelo con los adicciones. El inigualable rey sin corona que siempre procuró hacer lucir bien a sus rivales.

Tras la partida del dos veces miembro del Salón de la Fama de la WWE, resuena aún más el lema que enalteció durante el final de su investidura: “El trabajo duro tiene su recompensa, los sueños se hacen realidad. Los malos momentos no perduran, pero los chicos malos sí”.

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