Sadio Mané y el adiós definitivo de Qatar 2022 con el que se esfuma su revancha

Sadio Mané se despidió de Qatar 2022. (Foto: GIUSEPPE CACACE/AFP via Getty Images)
Sadio Mané se despidió de Qatar 2022. (Foto: GIUSEPPE CACACE/AFP via Getty Images)

Se anunció la noticia más triste para la Selección de Senegal, su figura y estrella, Sadio Mané se perderá la Copa del Mundo. Esta es, quizá, la baja más sensible de todas en Qatar 2022. Ese deseo de corregir los errores de Rusia 2018 ha desaparecido.

Mané no solo es la estrella de su selección, es una figura mundial. Encontrarle un sustituto es imposible, lo que él da no lo da el resto.

En un inicio se habló de brujería para curarlo, luego se tocó el tema de que sólo estaría fuera “los primeros” partidos”. Hoy por fin se anunció que se perderá toda la Copa del Mundo. Aquellas esperanzas de que Senegal fuera el Caballo Negro descansaban en sus hombros, ahora el resto del equipo tendrá que distribuirse ese peso.

Senegal creció de la mano de Mané. Nunca habían conquistado una Copa Africana de Naciones y lo hicieron a principios de este año de la mano de la estrella del Bayern Múnich. Su rol en el fútbol no había cobrado tanta relevancia, hasta que, uno de sus hombres destacó en el fútbol europeo.

Sadio Mané se despide y el público se lamenta. No solo los senegaleses están aturdidos por la sensible baja, todos los aficionados a este deporte lo sufrieron. En el mundial deben estar todas las figuras posibles para beneficio del espectáculo.

En Qatar 2022 tendría su revancha. Senegal también llegó a la Copa de 2018 como un equipo revelación, pero desafortunadamente no pudieron trascender. Mané intentó ser el líder pero poco pudo ayudar.

Quizá la inexperiencia en un escenario de tal calibre les jugó en contra. En un inició se mostraron fuertes al ganarle a Polonia; después flaquearon contra Japón y empataron cuando tenían "el triunfo en la bolsa"; luego, Colombia los despachó y con ello sus aspiraciones terminaron. Se quedaron en fase de grupos; empataron a puntos con el combinado japonés, fue el criterio de las tarjetas amarillas lo que los dejó fuera.

Sadio Mané solo marcó ha marcado un gol en Copas del Mundo. (Foto: Michael Steele/Getty Images)
Sadio Mané solo marcó ha marcado un gol en Copas del Mundo. (Foto: Michael Steele/Getty Images)

Se esperaba que en 2022 las cosas marcharan mejor. Ya contaban con más experiencia, llegaron como campeones de África, y mantenían el hambre de igualar o superar a las leyendas senegalesas de Corea-Japón 2002 (avanzaron hasta cuartos de final), esas con las que Sadio creció.

Con 30 años, Mané se perfilaba como el líder del equipo para lograr cosas importantes. Es la edad idónea: estaba en un punto de madurez suficiente para encarar un torneo de alta envergadura, y mantenía los últimos años del máximo rendimiento deportivo que puede alcanzar un futbolista.

El tren ya partió para Sadio, aquel niño que se fue de su pueblo local en busca de triunfar en el balompié difícilmente tendrá otra oportunidad como esta.

La bandera de Senegal seguirá ondeándose en Qatar pero ya no la cargará su estrella.(Foto: DANIEL BELOUMOU OLOMO/AFP via Getty Images)
La bandera de Senegal seguirá ondeándose en Qatar pero ya no la cargará su estrella.(Foto: DANIEL BELOUMOU OLOMO/AFP via Getty Images)

El dolor de la despedida de Mané no solo habita en que no estará en esta edición. Pensarlo en la Copa de 2026 parece una utopía. Las clasificaciones africanas para los torneos internacionales son de las más complicadas; con 34 años —muy seguramente— ya no será la figura que es en la actualidad, naturalmente y con el tiempo, el nivel deportivo viene abajo.

Ahora, Senegal deberá encarar los partidos del Grupo A (Holanda, Ecuador y Qatar) sin la máxima de sus estrellas. No están desahuciados, sí tienen a un plantel competitivo, pero anímicamente, la baja del atacante también podría jugarles en contra.

Es aquí cuando los grandes equipos pueden nacer, después de la tempestad. Muy seguramente, si los senegaleses triunfan, el mérito será dedicado a Sadio Mané, el hombre que quiso ser mejor gracias a una Copa del Mundo.

Fue después de ese Mundial (2002) que me decidí a ser cada vez mejor. Pero mi familia tenía otros planes para mí. Recién cuando todo en mi vida giró alrededor del fútbol, empecé a convencerlos para que me dejaran ir a Dakar, la capital de mi país. Mis padres nunca tuvieron dinero para enviarme a la escuela", dijo en el adelanto del documental Made in Senegal.

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