Ya sólo enamora Vinícius Jr... y eso es muy malo

(AP Photo/Paul White)
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Se acabó la primera vuelta de la Liga y, aunque parezca mentira, el Real Madrid no sólo parece haber dicho adiós a sus opciones de llevarse el título –está a 10 puntos del Barça–, sino que además se encuentra fuera de los puestos que dan acceso a la Champions League. Hasta el heroico Alavés supera a los blancos en estos momentos.

La diferencia en la tabla se debe –en parte– a que la primera semana del año ha vuelto a significar una debacle para el equipo merengue. Un empate contra el Villarreal cuando el equipo estuvo una hora por delante en el marcador y tuvo opciones de asegurar la goleada, y una derrota extrañísima ante la Real Sociedad en casa, han vuelto a hacer saltar las alarmas en el club, que no entiende cómo se puede estar viendo esta situación con toda la calidad que atesora en su plantilla.

Santiago Solari, ante la imposibilidad de contar con Gareth Bale, Marco Asensio y Mariano Díaz, decidió dejar a Isco Alarcón una vez más en el banquillo para dar entrada como titular a Vinícius en el ataque del equipo merengue. Lo que hizo poner el grito en el cielo a más de uno, de repente, pareció tener mucho sentido, pues el imberbe brasileño fue el único jugador que demostró tener ganas de jugar al fútbol en el equipo madridista ante la Real Sociedad.

Foto: Goal.com
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El ritmo de juego volvió a ser tan rápido como el de una carrera de tortugas, las desatenciones defensivas convirtieron a Thibaut Courtois en un desahuciado frente al paredón de fusilamiento, y la falta de ideas en ataque volvió a dejarnos una ristra interminable de centros insulsos al área que ni buscaban ni encontraron rematador.

Antes del segundo minuto de juego la Real Sociedad ya iba por delante en el marcador gracias a uno de los penaltis más torpes jamás vistos en el feudo blanco, pues Casemiro llegó tarde a cortar una jugada de Mikel Merino que no parecía traer mucho peligro, ya que el jugador intentaba controlar el balón de espaldas a portería y cerca del lateral del área grande. A partir de ahí, no hubo toque de corneta ni sangre en el lagrimal de jugador merengue alguno. Nadie quiso ponerse el cuchillo entre los dientes y hacer la guerra por su cuenta para, por lo menos, revolucionar a los poco más de 50.000 espectadores en las gradas del Santiago Bernabéu.

Foto: EFE/Kiko Huesca
Foto: EFE/Kiko Huesca

Solari se pasó el partido sentado en el banquillo, sin hacer un aspaviento, como resignado a su suerte y se le notó –una vez más– falto de cintura táctica para dar la vuelta a un encuentro que incluso con el tempranero gol en contra se presuponía como una victoria.

La Real Sociedad se encontró con los tres puntos sin hacer mucho más que imprimir algo de velocidad en su juego de contra ataque, y así y todo el Real Madrid malogró un sinfín de ocasiones: algunas por mala suerte, otras por falta de destreza ante el marco contrario, y otras simplemente por desidia.

Algo va muy mal en el equipo blanco que no encuentra tablas de salvación a las que agarrarse durante este naufragio que se viene fraguando, prácticamente, desde que se anunció la contratación de Julen Lopetegui dos días antes del arranque del Mundial de Rusia.

Foto: Manu Fernandez / AP

Entre todos esos nubarrones, sólo el descaro de Vinícius Jr. hace sonreír al aficionado blanco, pues aunque a sus 18 años no está como para ser el líder del equipo, es el único que intenta algo diferente, que no se ha dejado llevar la inacción y que le imprime algo de imaginación y determinación a cada una de sus acciones. Si además tuviera poder de finalización estaríamos hablando de un verdadero portento como jugador, pero el chico –eso sí– está algo negado contra el marco contrario.

El equipo enfocó todas sus reacciones tras el encuentro en los errores arbitrales, que expulsó de manera muy estricta a Lucas Vázquez por doble amarilla, pero que minutos después no quiso consultar el VAR en un claro penalti de Gerónimo Rulli a Vinícius, el cual podría haber supuesto el empate y también la expulsión del portero. Es normal que jugadores y directivos quieran trasladar el foco hacia esos clamorosos errores, pero sería preocupante si luego, internamente, deciden no tomar cartas en lo que parece el verdadero problema: el desbalance de la plantilla, la falta de juego, la mala preparación física, los pocos recursos anímicos del grupo… y un largo etcétera.

Foto: Goal.com
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Tras el encuentro, el club anunció oficialmente el fichaje de otro joven valor, Brahim Díaz, a cambio de 17 millones de euros más 5 en variables. El malagueño, que aterriza desde el Manchester City, viene a unirse a larga nómina de mediapuntas con que cuenta la plantilla (Isco, Asensio, Ceballos…), aunque sí es cierto que se le presupone más verticalidad que a todos estos y una mayor facilidad goleadora. De cualquier manera, y a pesar de su juventud –19 años– no deja de ser una ficha que en estos momentos no necesitaba el club, más allá de que se estime que pueda ser un gran jugador de cara al futuro.

Se avecinan días convulsos en la capital española. La situación del Real Madrid es crítica y no se atisban muchas soluciones en el horizonte, a menos que se dé un golpe de timón severo. El mercado está abierto y hay forma de intentar arreglar el desaguisado en el que se encuentra el equipo, pero ¿serán los palmeros de Florentino Pérez capaces de decirle la verdad a la cara y exigir que se tomen medidas?

Difícil.

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