Mauricio Macri y una broma que no cayó nada bien

(AP Photo/Natacha Pisarenko, File)
(AP Photo/Natacha Pisarenko, File)

“El folklore del fútbol”, una frase hecha que tiene relación directa con las bromas, chicanas y demás que genera el deporte más popular del planeta, sobre todo en un país como Argentina donde es tan popular como pasional.

Es muy común que entre fanáticos de equipos rivales (Boca-River, Racing-Independiente, Newell’s-Rosario Central, San Lorenzo-Huracán, Estudiantes-Gimnasia, etc, etc…) suelan generarse este tipo “cargadas”, sobre todo cuando se debate quien ganó más, quien fue más veces campeón, quien tiene más seguidores o quien ganó el clásico más reciente.

Se ven en televisión, radio, medios gráficos y no reconoce diferencias entre quienes las realizan, ya sea gente famosa o no.

Esta vez el protagonista de una broma, que es habitual y común entre la gente común (valga la redundancia), fue nada menos que el propio presidente de la nación Mauricio Macri, reconocido hincha de Boca Juniors, club del que fue presidente entre los años 1995 y 2007 previo a iniciar su carrera política como Intendente (Alcalde, Mayor, o como se diga en diversos países de habla hispana), de la Ciudad de Buenos Aires.

Fue el día jueves cuando visitó el Polo TIC, en Godoy Cruz, provincia de Mendoza, donde se desarrolla el proyecto federal “Infinito por Descubrir”, que tiene como objetivo otorgar las herramientas necesarias a niños y adolescentes para el manejo de nuevas tecnologías.

En el momento que saludaba a los jóvenes, apareció uno con la chaqueta de River Plate, y Macri, a manera de broma, le dijo “Venías bien hasta que te pusiste ese buzo, acordate que te fuiste para la B”. El niño, algo avergonzado, bajo la cabeza y no dijo nada, respetando la figura presidencial.

La ocurrencia del primer mandatario no cayó nada bien. Arreciaron las críticas en su contra aduciendo que debería ser más cuidadoso en cuanto a sus comentarios. Más allá del hincha que lleva adentro, el comentario estuvo de más tratándose de una figura tan importante.

Le ganó la pasión, le torció el brazo. No se lo perdonaron. Y con razón.

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