Lionel Messi, un golpe con consecuencias imprevisibles

Lionel Messi kann im Viertelfinale der Champions League offenbar nicht mehr treffen. Die Serie ohne Tor hält nun seit mehr als fünf Jahren an.
Lionel Messi kann im Viertelfinale der Champions League offenbar nicht mehr treffen. Die Serie ohne Tor hält nun seit mehr als fünf Jahren an.

Ver la imagen de un Messi derrotado tras el pitazo final en el estadio Olímpico nos retrotrae a aquella muy similar que mostró cuando perdió la Final del Mundial 2014. O la Copa América 2015. O la Copa América Centenario 2016.

Si bien esta dura e inesperada caída ante la Roma en la Champions League no fue en el partido definitivo, no deja de codearse con el fracaso.

Abatido, desconsolado, Messi recibió la puñalada en el mismo escenario donde había conquistado su segunda Champions en 2009 (había sido parte del plantel de la que el Barcelona ganó en 2006 aunque no jugó la Final por lesión), cuando venció al Manchester United de Sir Alex Ferguson por 2 a 0 con goles de Samuel Eto’o y de él mismo.

No es común ver al mejor jugador del mundo así, aunque duela tener que aceptar que en los últimos cuatro años esa pose se hizo casi una costumbre a la hora de las definiciones importantes.

La única alegría que lo salva de la sucesión de infortunios de los últimos siete años fue la conquista de la misma Champions en 2015 bajo la tutela de Luis Enrique, un detalle que no deja de ser menor. La anterior había sido en 2011.

Messi vuelve a casa con la cabeza gacha. Derrotado. No es fácil aceptarlo teniendo en cuenta su rol de líder, de Rey.

Barcelona volvió a fallar en Cuartos de Final por tercer año consecutivo. En la edición 2015-16 lo dejó afuera el Atlético de Madrid. Un año después la Juventus. Esta vez, cuando llegaba a la Ciudad Eterna con una ventaja de 4 a 1, fue “La Loba” quien lo dejó con las manos vacías en la peor eliminación histórica del conjunto Culé.

Messi perdió no sólo la Champions. Perdió tal vez la oportunidad de volver a ganar su premio favorito: el Balón de Oro. En teoría, la única gran oportunidad de sumar el sexto sería levantando la Copa con la que tanto sueña: la del Mundo.

¿Cómo afectará al argentino esta eliminación? Difícil de determinarlo. Es que la gloria deportiva no tiene precio ni medida.

Si hay que buscarle el “lado positivo”, por llamarlo de alguna manera, el capitán de la selección argentina llegará a Rusia descansado. La Liga está casi sentenciada y sólo le quedaría por jugar la Final de la Copa del Rey, un título “secundario”, por calificarlo de una manera complaciente.

¿Y Jorge Sampaoli? Más allá de no querer ver sufrir a su figura máxima, tal vez en el fondo de su ser debe sentir un cierto grado de “alegría”. Lo tendrá con el tiempo suficiente para la preparación, sin el riesgo de que llegue al Mundial con un mayor agotamiento del que se imaginaba.

Una luz más que importante para un técnico que debe revertir un presente de incertidumbre y que sabe que el único que puede sacar la cara liderando la gesta es su capitán. ¿Quién otro sino?…

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