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La rivalidad entre Jon Jones y Daniel Cormier va mucho más allá del rencor

El sábado, la Ultimate Fighting Championship (UFC) contará con una de las programaciones más estremecedoras y contundentes de su historia: tres combates por el título, una pelea entre dos de los boxeadores más populares y una serie de partidos impactantes y de primerísimo nivel.

Sin embargo, las expectativas sobre el UFC 214 se centran en un solo combate, una revancha que quedará para la posteridad y que promete ser muy similar a la intensa y ferviente rivalidad que existía entre los legendarios boxeadores y campeones de peso pesado Muhammad Ali y Joe Frazier.

El sábado, el campeón de peso semipesado Daniel Cormier defenderá su cinturón en el combate principal del UFC 214 contra el ex campeón Jon Jones en una revancha por la pelea que Jones ganó en 2015. Al igual que Ali y Frazier, ahora Cormier y Jones son los mejores luchadores en las artes marciales mixtas. Jones está considerado como el mejor luchador de todos los tiempos y Cormier también se encuentra entre los mejores.

Sin embargo, no son tan conocidos por su rivalidad dentro del cuadrilátero –recordemos que Jones ganó su única pelea de forma desigual– sino por el rencor y el desdén que se muestran fuera del cuadrilátero.

El odio entre ellos es visceral. De hecho, ni siquiera pudieron disimularlo durante una entrevista televisiva de cuatro minutos en la que participaron el sábado. Cormier se encontraba en San José, California, y Jones en Albuquerque, Nuevo México, e intercambiaron insultos hasta que Jones se quitó el auricular de la oreja y abandonó el set.

Cuando les preguntaron si la pelea del sábado pondría punto final a las rencillas entre ambos, dejaron claro que no será así.

“[Insulto], Daniel Cormier”, respondió Jones.

Cormier se rió.

“No deseo ser su amigo”, confesó Cormier. “Obviamente, respeto sus habilidades. Es un gran luchador. Siempre lo he reconocido. Pero cada vez que avanzamos tenemos que encontrarnos y todavía tendremos problemas porque le golpearé en la cabeza o sucederá algo”.

“No vamos a ser amigos y nunca podremos estar en el mismo espacio porque siempre tendremos problemas, él es estúpido”.

En su única pelea, Jon Jones, a la derecha, derrotó a Daniel Cormier por decisión unánime, en 2015. (AP)
En su única pelea, Jon Jones, a la derecha, derrotó a Daniel Cormier por decisión unánime, en 2015. (AP)

Esta actitud dista mucho de la que mostraban Ali y Frazier. Ellos pelearon en el set del programa Wide World of Sports de ABC el 23 de enero de 1974 tras repasar su primera pelea épica con el periodista Howard Cosell. Estaban a cinco días de la revancha y fueron a la entrevista con Cosell para publicitar la pelea.

En un momento, la discusión se enfocó sobre cuál de los dos estuvo más tiempo en el hospital después del combate del 8 de marzo de 1971. Frazier se enfadó con Ali y se paró frente a él de forma amenazadora. Ali le dijo: “Siéntate, Joe. Siéntate, Joe”. En ese momento salieron de plano y Ali se puso de pie, agarró a Frazier por el cuello y los hombros y lo derribó.

Cosell cortó la escena con un comercial. Cuando el programa se reanudó, Frazier había abandonado el set y Ali repasó solo el resto de la pelea con Cosell. Cuando Cosell se despidió y mencionó el altercado, Ali dijo: “No hay resentimientos. Seremos amigos cuando le gane”.

Sin embargo, con Cormier y Jones es difícil imaginar tal desenlace.

Nunca ha habido una buena relación entre Jones y Cormier. Se suponía que debían pelear en el UFC 178 y aparecer en una conferencia de prensa en el vestíbulo del MGM Grand, el 4 de agosto de 2014.

Mientras posaban para las fotos, junto al entonces jefe de relaciones públicas de la UFC, Dave Sholler, Jones se inclinó hacia Cormier. Cormier respondió empujándolo a Jones, quien le dio un puñetazo cuando cayeron del escenario.

Una semana después Jones se retiró por una lesión y su encuentro fue reprogramado para el evento principal del UFC 182, el 3 de enero de 2015.

Esa semana, mientras promocionaban la pelea, el personal de seguridad tuvo que permanecer junto a ellos mientras recorrían el hotel porque casi llegaron a las manos varias veces.

Después del combate, se reveló que Jones había dado positivo en una prueba para cocaína que le habían realizado antes de la pelea. Sin embargo, como la cocaína solo está prohibida durante la competencia y el examen tuvo lugar mucho antes, no se consideró ilegal.

Después de derrotar a Cormier en el UFC 182, Jones debía defender su cinturón contra Anthony Johnson en el UFC 187. Sin embargo, Jones fue responsable de un accidente automovilístico en Albuquerque y consecuentemente lo despojaron de su cinturón, pasando un breve periodo de tiempo en prisión.

El UFC preparó el encuentro entre Cormier y Johnson por el cinturón interino y Cormier lo ganó tras la rendición de Johnson.

Jones se burló de él llamándolo campeón falso y Cormier se mofó varias veces de Jones por sus problemas fuera del cuadrilátero. Estaba programado que se volvieran a encontrar en el UFC 200, el 9 de julio de 2016, pero a Jones lo sacaron de la programación 72 horas antes de la pelea después de que la UFC descubrió que había dado positivo a una prueba de drogas.

Estuvo suspendido durante un año, una sentencia que terminó a inicios de este mes, por lo que el sábado se volverán a encontrar por segunda vez, salvo que suceda nuevamente algo inesperado.

El resentimiento y la mala voluntad que se tienen siguen siendo muy evidentes, tanto que resulta incómodo ver cómo se relacionan. Sin embargo, para que su rivalidad se asemeje a la de Ali y Frazier necesitan contar con un combate competitivo.

Esa responsabilidad recae sobre Cormier, quien admite que permite que sus emociones saquen lo mejor de ellos.

El Ali-Frazier III, más conocido como “Suspense en Manila”, es considerado por muchos como la mejor pelea de peso pesado de este deporte. Ali-Frazier I o la “Pelea del siglo” también fue uno de los mejores partidos de peso pesado.

Kevin Iole

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