Guillermo no se arrepiente de haber echado a Osvaldo

Pasaron dos años del episodio que acabó, literalmente, con la cerrera de Pablo Daniel Osvaldo. ¿La razón? Un acto de indisciplina que el director técnico Guillermo Barros Schelotto consideró imperdonable.

Sucedió en Montevideo tras el partido de Cuartos de Final de la Copa Libertadores 2016. El delantero, furioso porque había ingresado faltando apenas cinco minutos, no respetó las reglas impuestas por el entrenador y fumó dentro del vestuario.

Fue el toque final para la despedida. A pesar de lo que significaba la presencia de un jugador de su calibre en el plantel, Guillermo no dudó en pedirle a la dirigencia que rescinda su contrato, haciendo prevalecer los códigos disciplinarios por encima de todo.

Dos años después, en una entrevista realizada por el diario deportivo español Marca, Guillermo confirmó que jamás se arrepintió de lo sucedido: “Como mínimo el jugador debe tener una responsabilidad dentro del grupo. Nosotros debemos seguir una línea de comportamiento, se le puede llamar la atención una o dos veces pero no todos los días, porque no puede ser que Boca esté en los medios por cuestiones extra deportivas. Siempre pensamos que prescindir de él era lo mejor, por el equipo y por la imagen del club”.

Si bien la decisión fue una muestra de autoridad, las consecuencias no fueron las mejores. Boca Juniors quedó eliminado en la ronda siguiente por el casi desconocido Independiente del Valle, un equipo sin historia internacional.

¿Hizo bien Guillermo en tomar semejante decisión teniendo en cuenta que luego se produjeron otros hechos tal vez mucho más graves (un ejemplo fue el caso Centurión) que no fueron castigados con la misma severidad?

Lo cierto es que con el resultado puesto, un jugador como Osvaldo hubiese sido de gran aporte para alcanzar la final, deseo que quedó frustrado y que aún sigue doliendo.

También te puede interesar:

Lionel Messi y sus grandes amores

Los entretelones del amistoso entre Argentina-Israel

Capilla Sixtina futbolística adorna un club de barrio en Buenos Aires