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Esmeralda Falcón: la mexicana a la que su mamá no quería dejar boxear y ahora irá a Tokio 2020

Esmeralda Falcón es la primera mujer mexicana que califica a unos Juegos Olímpicos en boxeo. / Foto: @CONADE
Esmeralda Falcón es la primera mujer mexicana que califica a unos Juegos Olímpicos en boxeo. / Foto: @CONADE

Cuando Esmeralda Falcón avisó en casa que su camino en el deporte sería el boxeo, la oposición llegó a través de las mujeres. Los hombres respaldaron la aventura de una joven que se lanzaba al pugilismo amateur con más esperanzas que certezas, en un país agobiado por las prácticas machistas y donde jamás había calificado una boxeadora a Juegos Olímpicos.

En mayo de 2021, Esmeralda fue notificada que ocuparía una plaza que para México en boxeo para Tokio 2020. Y con esto hizo historia.

“Cuando les di la noticia (de boxear) a mis papás los tres hombres de la casa, mi papá y mis hermanos, me apoyaron. Mi mamá y mi hermana, no”, revela Esmeralda a Yahoo Deportes. “Mi madre decía que por qué ese deporte: ‘haz otra cosa, dedícate a la escuela, si tú vas bien en la escuela, qué andas buscando ahí’. Y mi hermana me decía ‘Esme, ¿No te gusta otra cosa? Haz gimnasio, baila, haz otra cosa, eso es muy peligroso’. Mis hermanos estaban emocionados”, recuerda la ahora seleccionada olímpica.

El boxeo femenil es parte del programa oficial desde los Juegos de Londres 2012, pero en un entorno donde las mujeres son discriminadas en los gimnasios y poco apoyadas en casa, ninguna mexicana había podido clasificar ni en esa edición ni cuatro después para Río 2016.

A la tercera oportunidad aparece el nombre de Esmeralda Falcón, una joven de 26 años, estudiante de Educación Física, originaria de Tulyehualco, una zona rural al oriente de la Ciudad de México que es famosa por sus nieves de exóticas sabores y ahora, por ser el lugar de origen de la primera mujer de México en boxear en JJOO.

“Inicié a los 18 años entrenando con hombres, la primera vez que entrené con una mujer fue en el Comité Olímpico cuando fui seleccionada nacional”, recuerda en entrevista. “Se les hace raro, hay muchos hombres a los que no les gusta trabajar con nosotros porque tienen que medir su fuerza y se les hace aburrido. Pero cuando ven que le estás echando ganas y que te pones a entrenar al tú por tú con ellos, hay un momento en el que también te integran y te empiezan a ayudar”, relata la también representante de la Secretaría de Marina.

El boxeo es el segundo deporte más exitoso de México en Juegos Olímpicos. Le ha dado al país 13 medallas desde Los Ángeles 1932 (con Francisco Cabañas) hasta Río 2016 (con Misael Rodríguez), pero para Tokio 2020 México no ha calificado varones. Solo los clavados, con 14 preseas, superan el éxito del boxeo mexicano, pero en popularidad el pugilismo está por delante impulsado por leyendas profesionales como Salvador Sánchez, Julio César Chávez, Juan Manuel Márquez o Saúl ‘Canelo’ Álvarez en la actualidad.

“No te voy a engañar, cuando entrenas también existen los hombres que cuando tienen la oportunidad de pegarte lo van a hacer, cuando inicié tenía a un compañero, que era un peso más grande que yo, que siempre me dejaba los ojos morados, me pegaba como si yo fuera hombre”, recuerda Esmeralda, para quien llegar con los ojos morados le provocó regaños en casa, y también algunos consejos para que aprendiera a subir las manos, a montar la guardia y jugar defensiva.

“Mi mamá sí me decía ‘mi vida, cuídate’. Mi papá me decía que si había escogido ese deporte, que aprendiera y subiera las manos. Siempre uno de mis ojos estaba morado y mi papá me decía que no podía ser que no aprendiera de esos golpes. Me di cuenta que era un error mío porque siempre salía con las manos abajo”, admite.

Su padre, que fue boxeador pero no pudo seguir en el deporte por carencias económicas, ahora se dedica a la albañilería, una labor que le deja ingresos escasos y requiera grandes esfuerzos. Por eso Esmeralda aprendió a valorar lo que tiene, el sudor que cuesta ganar las cosas y a hacer que cada sacrificio valga la pena. En ese contexto, llegar a Tokio 2020 es un triunfo familiar.

“Mi papá nunca me lo había dicho, pero cuando yo le dije que quería practicar boxeo me reveló que él lo había practicado; pero no tuvo el recurso económico para trascender: ‘O le ayudaba a trabajar a mi mamá o boxeaba’, me dijo. Pero muchos comentaban que era bueno, que pegaba fuerte con el gancho y la derecha”, comparte.

Esmeralda Falcón está acostumbrada a ser quien abre camino en el boxeo. En 2018 fue la primera mexicana que ganó medalla de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, Colombia, y un año más tarde fue bronce en los Panamericanos de Lima. El primer resultado marcó su vida. Agobiada por las necesidades familiares, Esmeralda le dijo al entrenador nacional, Francisco Bonilla, que se retiraría del deporte, pensó que terminar la escuela y ponerse a trabajar le daba mayor certeza a su futuro. Bonilla, un viejo lobo de mar en el boxeo olímpico y fallecido en 2020, le sugirió que compitiera en Colombia y luego del resultado que obtuviera, tomara una decisión. Esmeralda terminó con la medalla de oro. Una señal, asegura ella, de que valía la pena seguir.

En las últimas dos décadas, México, un país que ha ganado 69 medallas olímpicas, ha tenido en las mujeres sus mayores éxitos con personalidades como María Espinoza (Taekwondo y ganadora de tres medallas), Paola Espinosa (Clavados, ganadora de dos medallas), Soraya Jiménez (Primera mujer en conseguir un oro) o Guadalupe González (primera marchista en subir al podio). Esmeralda creció admirando a Ana Guevara, corredora de 400 metros que ganó plata en Atenas 2004, y ahora está comprometida a seguir el legado de todas ellas; pero su mayor fortaleza es haber convencido a su núcleo familiar de que valía la pena apostar por el boxeo.

“Cuando tenía que salir a correr mi mamá me tomaba tiempo, mis hermanos estaban conmigo, veía con mis hermanos los videos de las peleas para saber qué errores tenía, la verdad mi familia ha sido muy linda en ese aspecto”, comparte Esmeralda. “En casa se han integrado muchísimo a todas las condiciones que el deporte requiere, en casa mi papá dice ‘Esmeralda se duerme a las 10’ y entonces todos nos dormimos a las 1. Si yo me tengo que salir temprano a entrenar, a las 4:30 todos estamos desayunando. Cuando yo iba a correr y además tenía que irme a la escuela, mi papá a las tres de la mañana me llevaba a correr”, presume con una sonrisa.

El boxeo comenzará en Tokio 2020 el 24 de julio, un día después de la inauguración, pero Esmeralda, categoría ligera (57-60kg), tendrá su primer combate el martes 27. Necesita ganar tres peleas para estar en semifinales y ganar una medalla (en el boxeo olímpico se entregan dos preseas de bronce a los perdedores de la semifinal, por lo que llegar a esa ronda asegura podio). La fecha clave es el martes 3 de agosto, cuando sean los cuartos de final, pero más allá del resultado olímpico, su triunfo es el mensaje que ya le ha dado a la sociedad mexicana, el camino está marcado, en su país y en su familia.

“A mi mamá y a mi hermana, a todas las personas que estuvieron en contra decirles gracias porque a pesar de no estar de acuerdo, me apoyaron y creyeron en mi. Los comentarios negativos, uno los vuelve motivación para afrontar las cosas”, afirma. “Para aquellos que se enfrentan a circunstancias que no son favorables, nadie tiene derecho a decirte para qué eres bueno o a qué te tienes que dedicar, eso lo decide uno mismo”.

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