El reencuentro menos (¿o más?) esperado
La historia data de hace 30 años. Diego Armando Maradona jugaba en el Napoli, era la gran figura, el “Mesías” que había llegado a la ciudad del sur italiano para revolucionar a un país y a un fútbol que hasta ese momento era dominado por los poderosos del Norte.
El “10” llegaba para darle identidad a un club casi desconocido fuera de las fronteras, que jamás había tenido la posibilidad de ser campeón y que era subestimado por los grandes.
Diego Maradona puso al Napoli en el mapa futbolístico del mundo. Sí, fue él, porque sin él seguramente jamás lo hubiese conseguido.
Maradona y Sinagra, 30 años después, cenando en Nápoles. En la mesa, Diego, el hijo de ambos pic.twitter.com/VOBiitXivo
— Darío D´Amore (@DarioDamore) 5 de julio de 2017
Pero el capitán de la selección argentina no era sólo noticia por sus cualidades futbolísticas. Sus aventuras personales comenzaban a ocupar las primeras planas y la relación con Cristiana Sinagra conmocionó a todos, sobre todo porque la joven napolitana daba a luz a Diego Armando Maradona Jr, el hijo que nunca quiso reconocer.
Treinta años pasaron para que la historia diera un vuelco de 180 grados. Maradona finalmente aceptó su paternidad y comenzó una relación su hijo.
Pero no todo quedó ahí. Este martes, con motivo de su visita a la ciudad que lo idolatra como un Dios, a la que llegó para ser declarado “Ciudadano Honorario”, Maradona compartió una cena con su hijo y la madre. Sí, con la mismísima Cristiana Sinagra.
Lo que hasta hace muy poco parecía imposible, se hizo realidad. El reencuentro menos esperado se produjo en medio de los festejos. Y Diego Jr fue feliz. Su lucha de 30 años dio sus frutos. Como se merecía. Como debe ser…
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