Argentina: Fotos polémicas, protestas, quejas: ¿más palos en la rueda?

No tienen paz. Ni siquiera a poco más de una semana del arranque del Mundial, a sólo once días del debut.

Todo comenzó cuando Jorge Sampaoli, técnico de la selección argentina, decidió dar el día libre a los jugadores este lunes. ¿Era necesario?

Con el diario del lunes en la mano (o para ser más precisos, “con el del martes”), definitivamente NO.

¿Para qué seguir dándole de comer a la contra, a aquellos que buscan en cada rincón un motivo para hacerle daño a la selección argentina?

A las puertas del inicio de la gran esperanza, el sacrificio fue, es y será necesario. Tampoco es que estén en una cárcel. Se alojan en uno de los mejores hoteles de Barcelona, entrenan en las instalaciones del equipo Culé, los tratan como reyes para que cumplan con su obligación: llegar en perfectas condiciones físicas y anímicas a Rusia.

Le dieron de comer a los leones y para colmo los provocaron con fotos innecesarias. Que quede claro. Cristian Ansaldi puede hacer lo que quiera dentro de los parámetros normales en el tiempo libre otorgado por su propio técnico, pero no hacía falta publicar las fotos que publicó. Hay cosas que deben quedar en la intimidad, sobre todo en un momento como este donde es mejor (y necesario) bajar los decibeles.

Más allá de esta situación puntual, el fin de semana jugaron amistosos de preparación los tres rivales de Argentina en el grupo. Salvo Islandia que enfrentó a una selección que no está considerada entre las de primer nivel (Noruega), Nigeria y Croacia sí enfrentaron a potencias favoritas en el Mundial: a Brasil e Inglaterra respectivamente, mientras que Argentina lo hizo y hará con selecciones menores: Haití e Israel.

Muchos podrán decir que es preferible esto ya que el riesgo de jugar ante equipos fuertes es innecesario en caso de potenciales lesiones. Pero es cierto también que no se mide con la misma vara por más que en estos partidos no se juegue con la misma intensidad que en un Mundial.

Para colmo el tema político también se hace presente. Grupos pro palestinos protestaron tanto en su tierra como en Barcelona mismo, quemando camisetas argentinas, utilizando ridículamente a niños “decepcionados por Messi”.

Hasta el mismo presidente de la Federación Palestina de Fútbol Jibril Rajoub habló demostrando muy poco tacto y generando violencia con sus inoportunas palabras.

También el embajador de Palestina en Argentina se atrevió a meterse en el tema al decir que “es como si nosotros celebraramos la ocupación de las Malvinas”. Una ridiculez por donde se la mire y que no deja de generar cierto malestar.

Lo cierto es que el vendaval acabará el sábado cuando finalice el partido en Jerusalem y viajen definitivamente a Rusia ya que la visita al Papa quedó cancelada.

Argentina deberá demostrar en la cancha que todos estos contratiempos no fueron más que eso y aunque no aparezca entre los tres máximos candidatos a quedarse con la Copa del Mundo, jamás hay que darlo por muerto.

Historia hay por doquier, jerarquía lo mismo. Y está Lionel Messi, el mejor del mundo. El que quiere aprovechar la que sea tal vez su última chance real al máximo nivel de levantar el trofeo con el que tanto sueña y el que aún tiene su lugar vacío en su lujosa vitrina.

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