Miguel Layún y su lamentable petición: "No hay que criticar al Tri, eso no aporta nada"

Miguel Layún durante Rusia 2018 en el partido que enfrentó a México y Alemania. (REUTERS/Kai Pfaffenbach)
Miguel Layún durante Rusia 2018 en el partido que enfrentó a México y Alemania. (REUTERS/Kai Pfaffenbach)

La Selección Mexicana vive un momento turbulento con el Mundial de Qatar 2022 en la mira. Miguel Layún, mundialista en Brasil 2014 y Rusia 2018, conoce muy bien esa presión. Le tocó formar parte de pasajes muy críticos para el combinado nacional. En esta ocasión, el jugador del América lanzó una peculiar petición a la afición y prensa.

Layún, que dejó de ser seleccionado durante el actual ciclo de Gerardo Martino, fue interrogado por los medios sobre su valoración del Tri de cara a la gran justa. Referente a la oleada de críticas que ha recibido el actual equipo, opinó que eso no tiene utilidad en este momento.

"Yo lo viví en carne propia. Se puede cuestionar, se puede debatir. Pero juzgar y criticar, hoy, a unos días del Mundial... Yo les pregunto: ¿queremos que le vaya bien a México o no queremos? ¿Le vamos a ofrecer algo como afición, como periodistas, nosotros a la Selección? A veces creemos que sólo la selección debe darnos a nosotros, pero debemos pensar qué le podemos entregar a ese grupo de jóvenes que hoy van con una ilusión de representar a un país", comentó.

También destacó que esos comentarios deberían hacerse posteriormente y no ahora. "(Los jugadores) van por sus sueños y los sueños de todos nosotros: trascender en una Copa del Mundo. Yo más bien regresaría la pregunta: ¿realmente creemos que le aportamos algo a la Selección juzgando hoy? ¿Por qué no esperar a que termine la Copa del Mundo y hablar del tema cuando termine, cuando pase, porque después empezamos a decir 'qué bueno que me calló la boca'. Eso es puro ego", concluyó.

La postura de Layún no podría ser más contradictoria. Por un lado, pide debate, pero al mismo tiempo solicita que no haya crítica, lo cual es un sinsentido: para que exista debate tiene que haber, obligatoriamente, crítica. El exmundialista repite el dogma que se ha instalado durante muchos años y que muchos periodistas (porristas, más bien) han fortalecido: los jugadores deben recibir apoyo incondicional, sin importar que su rendimiento sea bueno o malo.

Es cierto que cuando las cosas se hacen deben destacarse. Y tampoco puede olvidarse que muchas críticas al actual proceso, como en otros del pasado, han sido totalmente desaforadas, al punto de crear un clima total de exageración y dramatismo por situaciones nimias. Dicho de otro modo, se hacen tormentas en un vaso de agua. Pero con tanta experiencia, Layún y compañía deberían entender que existe una crítica sólida, que construye, y que es favorable para todos, empezando por ellos.

Es una tendencia muy marcada en los futbolistas mexicanos de cualquier época: únicamente quieren ver el lado bueno, el de las porras y las alabanzas sin medida, pero no todo el bosque completo, en el que necesariamente tiene que haber debate, crítica y cuestionamientos. ¿De qué otro modo se puede mejorar si no se señalan las cosas que se hacen mal? Y queda claro que en el futbol mexicano se hacen muchas cosas mal proceso tras proceso.

Al igual que Chicharito Hernández el Mundial pasado, cuando pidió a todos imaginar "cosas chingonas", Layún confía en que las 'buenas vibras' puedan cambiar el destino del equipo tricolor. Se ha repetido numerosamente entre las voces críticas: ni la suerte ni las 'vibras' tienen el poder suficiente para cambiar el rol de México en el plano internacional.

Layún enfrentando a Robben en Brasil 2014. (REUTERS/Eddie Keogh)
Layún enfrentando a Robben en Brasil 2014. (REUTERS/Eddie Keogh)

El ejemplo de 2014, con Layún en cancha, lo deja claro. Suponiendo que el penal sobre Arjen Robben no hubiera existido (de todos modos, hubo uno en la primera mitad de aquel partido que sí debió ser marcado), y que México hubiera aguantado el empate hasta tiempos extras —lo que lucía imposible por el desgaste—, y entonces hubiera ganado en penales para, por fin, llegar al quinto partido... ¿Ese habría sido el lugar que México merece en el futbol mundial? No, simplemente habría sido visto como un usurpador.

Seguramente todo el país rogó al cielo que Klaas-Jan Huntelaar errara aquel penal. Pero lo anotó. De nada importaron los deseos de la afición mexicana ni las porras de decenas de comentaristas y periodistas. Es verdad: si a México le salen bien las cosas en el Mundial, no faltarán los "me callaron la boca". Y aun si eso pasara, tampoco habría que perder perspectiva: aplaudir siempre, a toda costa, no puede llevar a nada bueno. Nadie criticó nada de Juan Carlos Osorio en 2018 después de ganar los dos primeros partidos y callar bocas. Llegó el 3-0 contra Suecia y, por arte de magia, todos volvieron a la posición de francotiradores.

El futbol mexicano está lejos de entender que incluso en la cumbre se necesita revalorar contextos, logros y momentos. Se necesita más y mejor crítica. No menos, ni tampoco enfocarla en aspectos irrelevantes, porque prescindir de ella es igual a darse un balazo en los dos pies.

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