Milito vs Almirón: el mal ejemplo de los técnicos

Suele suceder que cuando leemos las noticias deportivas (sobre todo las futbolísticas), nos encontramos con el eterno problemas de la violencia. Lamentablemente se convirtió en una mala costumbre.

En su vuelta a Avellaneda, el DT de Lanús se enojó con su colega Milito, que eludió el tema
En su vuelta a Avellaneda, el DT de Lanús se enojó con su colega Milito, que eludió el tema

Quienes dicen luchar contra ese flagelo jamás lo hacen y quienes nos llenamos la boca (trasmitiéndolo en estas páginas) poco podemos hacer al carecer del poder necesario como para que dicha lucha se transforme en hechos.

Pero la violencia en el fútbol (y ya lo hemos repetido en infinidad de ocasiones) no sólo es propiedad exclusiva de los hinchas o de las llamadas Barras Bravas.

La violencia en el fútbol también la generan dentro de la cancha, los propios futbolistas y los propios técnicos.

El Rojo se encarriló tras haber sido eliminado en la Copa Argentina; en el primer partido de Milito como DT en el Libertadores de América, venció a Godoy Cruz por 2-0
El Rojo se encarriló tras haber sido eliminado en la Copa Argentina; en el primer partido de Milito como DT en el Libertadores de América, venció a Godoy Cruz por 2-0

Este miércoles se volvió a dar un caso repudiable en el partido entre Independiente y Lanús por la Copa Sudamericana. Al finalizar el partido, que ganó el primero por 1 a 0 avanzando a la próxima fase con un global de 3 a 0, ambos técnicos (Gabriel Milito de Independiente y Sergio Almirón de Lanús), protagonizaron una discusión en la que estuvo involucrado también el futbolista del Granate Lautaro Acosta, con insultos y amenazas de por medio.

Generalmente, cuando se enfrían, se justifican con el verso de siempre: “la calentura del partido, todo queda en la cancha”, como si fueran códigos sagrados. Y no es así.

Al terminar el partido Milito se “escudó” en esa premisa inaceptable, minimizando el problema. En un principio Almirón sigue tirando leña al fuego con fuertes declaraciones, pero este mismo jueves deslizó unas disculpas.

Si no quieren violencia afuera, menos aún debería haberla adentro. Ni una ni otra son aceptables. Y lo peor del caso: nadie los castiga, todo pasa y seguimos en la misma.

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